jueves, enero 05, 2006

Monarquía Parlamentaria

Escribo asomado a la ventana de mi habitación de Oviedo y allá abajo hay una marabunta de niños y padres chillando ante la presencia de los Reyes Magos en cabalgata.
Bien mirado esto de los Reyes es el rito perfecto de iniciación para niños en el capitalismo de consumo. Coges a las criaturas y les cuentas una bonita fábula sobre tres tipos que vienen no se sabe cómo de Oriente cargados de Playstations y Furbys, fomentas su deseo de poseer bienes banales mediante una tradición cristiana y ya lo tenemos todo bendecido por la religión, esa que por otro lado predica la austeridad. Además les impones la necesidad de acatar la moral establecida (ser buenos) todo el año a cambio de recibir los regalos, en caso contrario pesa sobre ti la amenaza de recibir carbón, esa cosa sucia y negra que manejan los mineros, esos hombres rudos y revoltosos que queman neumáticos en las carreteras de la región. Pasan unos años y llega el momento de confesar que los reyes son los padres, aunque hoy en día el que no se ha enterado antes es que es gilipollas o vive en una burbuja. Y así seguimos entonces lo que nos queda de vida, tratando de vivir de los reyes, perdón, de los padres hasta que no nos queda otro remedio que pringar como todos para poder, al menos en Navidad, reunir un pastón para seguir engañando ya a nuestros propios hijos e hinchando las arcas del sistema.

Desde luego el consumismo ha sido nuestro hijo más listo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Gracias por visitarme. Pues sí, es una historia que vamos contando de unos a otros, pero es la ilusión de los niños. A tí seguro que también te la haría. El problema sí es el consumismo al que estamos yendo disparados. Y, también, quizá el no saber controlar el "me lo pido" y consentir con todo.

Miss Kubelik dijo...

Los Reyes que he vivido como niña poco tienen que ver con consumismos desatados. No quiero caer en el "cualquier tiempo pasado fue mejor" pero no cambio por nada mi ingenuidad de aquellos días...

(Me he escapado un ratillo para venir a mandarle un biquiño ;)

Anónimo dijo...

Ya ves, entre los reyes y el gordo de rojo, esto es un sin dios, me cago en el misterio!
buaaa, mañamna me voy yo pa oviedo, de vuelta al cole, snif snif.

un abrazo.