martes, abril 06, 2010

Asco

Como ustedes sabrán, en los suplementos culturales de los periódicos, en las revistas literarias, se prima reseñar lo bueno antes que lo malo. A falta de espacio, siempre es mejor recomendar algo aprovechable para el lector, que elegir algo para destruirlo en público, en plan circo romano. Con la excepción, claro está, de los grandes autores: si Muñoz Molina o Millás presentan su nueva novela y resulta ser una basura, es de ley airearlo a los cuatro vientos, que se vaya el tufo.

Por la demás, y tal vez base de leer tanto suplemento literario, yo soy más de ensalzar lo bueno que de criticar lo malo. Cuando era un adolescente combativo (como todos, supongo) me paseaba por ahí blandiendo un dedo acusador, señalando todo aquello que no molaba, que era retrógrado o comercial, que era una mierda. Sin embargo ahora me molestan las personas que, no siendo ya adolescentes ni mucho menos, siguen ejerciendo la crítica desaforada y adolescente por doquier. Da la impresión de que estar a la contra es la única forma que tienen de reafirmar su individualidad: yo contra el mundo. Y con esto no quiero decir que haya que aceptarlo todo o comulgar con ruedas de molino, ni mucho menos, pero un poquito de por favor, que la vida también está para disfrutarla.

Uno de los ámbitos en los que más me molesta esta actitud sombría es en el de la comida. Hay gente que va a un restaurante y en cuanto se sienta ya se está quejando de todo: del servicio, de la limpieza, de la calidad de la comida, de las esperas… A veces hay que reconocer que hay sitios donde se da mal de comer, pero yo prefiero ahorrarme las críticas hasta el final de la comida, hasta la digestión, cuando ya lo he probado todo y puedo formarme un juicio, digamos, panorámico. Sin embargo este tipo de gente ejerce la crítica en tiempo real, y va describiendo minuciosamente como cada plato, cada ingrediente, cada gesto del camarero les va incomodando. Al final la cosa te acaba dando asco. Aunque no sé si la comida o la compañía.

11 comentarios:

Gabiprog dijo...

Más de uno piensa que la negatividad disfraza mejor nuestras propias carencias.
Estupenda reflexión.

Lalaith dijo...

Es que quejarse es el deporte nacional de este país. Con lo divertido y barato que es...

. dijo...

Yo creo que la compañía, no? A fin de cuentas, qué ha hecho el pobre plato que tienes delante para merecer ser mal cocinado y peor valorado...

la cónica dijo...

¿moriremos asqueados? escuché a Eduardo Galeano decir (él lo decía bien, pero esto saqué yo en claro) que en los países ricos nos asqueamos de todo, nosotros, los impolutos, cuando Europa,por ejemplo, en el transcurso de la historia, ha tenido la costumbre (insostenible a nivel planetario) de ducharse diariamente... ¿qué? ¿un cuarto de hora?

Txe Peligro dijo...

tb pasa con Cuba. A mi ell castrismo me parece una caca, pero peor aun me parecen los que comparan cuba con europa, en vez de con haiti o sto. domingo. hay que mejorar el socialismo, ducharse menos, y quejarse menos en los restaurantes. con lo bieen quee se come en las cantinas y en casa, sobretodo cuando te lo cocian alguien a quien quieres.

Raúl (SinFotoPeroConYaCara) dijo...

Ná, como las croquetas de aquel bar no hay casi nada,eh? :P
Me alegró verte, vaya pedo me pillé después con el vinazo.
Ahora se me hace raro escribirte esto por aqui, jeje.
Un abrazo.

Marta Noviembre dijo...

Amén

vir dijo...

Más humor y menos paletez.Y pobres camareros!

Agua dijo...

Todo se pega en esta vida, y la apatia de algunos puede hacer que se nos indigeste la comida, claramente. Saludos!

Agua dijo...

Todo se pega en esta vida, y la apatia de algunos puede hacer que se nos indigeste la comida, claramente. Saludos!

NuNa dijo...

La critica demoledora la reservo sólo para aquellos que se saben ( pueden y lo hacen) defender.

El deporte de quejarse porque sí, es absurdo y no merece la ateneción de nadie.

Me gusta decir: "Critica con conocimiento de causa, quéjate con razón de efecto"