miércoles, junio 15, 2011

Logaritmos calentorros



- Pues mira, resolvemos y resulta esta función tan bonita – le dije a mi alumno Miguel.
- ¿Bonita? ¿Una ecuación matemática bonita? Eso no puede ser…
- Sí, hombre… ¿No la ves bonita?
- Noooo. Será interesante o útil o algo así, pero una ecuación no puede ser bonita.

Creo que fue Marcel Duchamp, que abrió las puertas al arte conceptual con su celebérrimo y muy quemado urinario, quien criticó y calificó como arte retinal aquel cuya belleza solo se captaba visualmente, véase la pintura, fotografía, etc. Eso no se lo dije a Miguel para no liarle, pero se lo digo a ustedes. El arte conceptual tiene una belleza que se capta con las neuronas, un arte que radica, como indica su nombre, en el concepto, esa arquitectura invisible. Mucha de la gente que abomina el arte moderno (ese cliché de señoras mayores en cafés en tardes de domingo), es porque no ha realizado este cambio cognitivo entre un tipo de arte y el otro. Sigue en el otro paradigma, y eso que han pasado ya tropecientos años. Cuando cambias de paradigma, como decía Thomas Kuhn, es como cuando en esos juegos de visión 3D (véase, nunca mejor dicho, El Ojo Mágico) comienzas a ver relieve en una ilustración plana. No sabes cómo, pero lo ves. Aquí ocurre igual.

Con la matemática y las leyes físicas escritas en lenguaje matemático ocurre tres cuartos de lo mismo. Hay mentes-escarabajo que no solo no aprecian la belleza de estas formas, sino que ni siquiera conciben que puedan apreciarse de ninguna manera.

- Mira Miguel, la belleza de una ecuación, de una forma matemática no es como la belleza de un cuadro. No es que sea bonita a la vista, es que es bonita al intelecto…
- ¿Como el Final Fantasy?
- Nooo… Bueno, no sé, yo qué sé, igual sí. El caso: sí por ejemplo se trata de una ley física, se valora que sea sencilla. Por alguna razón los científicos dan por hecho que la naturaleza se rige por leyes sencillas, no por formulas matemáticas largas y complejas como butifarras. Un ejemplo que conocerás de sobra: E=mc2, la ecuación de la masa-energía de la Teoría General de la Relatividad de Einstein. Mira que la Teoría es compleja, pero sus resultados, como este, es bastante simple matemáticamente y de una importancia mayúscula y superlativa. También se valoran otras cosas como la simetría, o la analogía o conexión con otras leyes de otras ramas de la Física. Otro ejemplo, más difícil, podría ser la ecuación de Schrödinger que rige el comportamiento mecanicocuántico de las partículas subatómicas.
- ¿Y cuándo consigues demostrar un teorema de manera elegante, eso también es la belleza de las mates?
- Veo que lo has pillado.
- ¿Y hay logaritmos que están buenorros?
- Umpf!

(En la imagen el artista disidente chino Ai Wei Wei tocando los huevos. El jarrón de la dinastía no se cuántos que se carga, vale muchimillones. Arte para el cabezón)

4 comentarios:

Meme dijo...

Hoy en día el arte ya no vale lo bueno o elegante que lo determinen tus neuronas o las de tu vecino, hoy el arte que lo es, es porque el crítico ha dicho que lo es o porque el artista en si la mama de puta madre.

Meme dijo...

De ahí podemos sacar una ecuación muy interesante, de hecho y elegante, porque es simple: putas = artistas

Jezabel dijo...

Tiene que ser un escarabajo? Con el asco k me dan.
Bss

Sergio C. Fanjul (a.k.a. Txe Peligro) dijo...

muy bueno lo de la ecuación