viernes, diciembre 14, 2007

Evento

Presentación de la primera novela de Sergio C. Fanjul. Año 2050. Sobre la mesa el voluminoso libro de 1500 páginas. El escaso público está expectante. El editor comprueba el micrófono e inicia el discurso. Habla de las maravillas de la opera prima de tan veterano y underground escritor. Se lamenta de que haya tardado tantos años en regalarnos esta obra sublime que con tanto cariño han editado. Es, sin duda, una soberbia descripción de los últimos años de la historia de este planeta, en la que se recrea fielmente el ambiente tras la Tercera Guerra Mundial y los efectos del Calentamiento Global, con especial cuidado en las pequeña tragedias cotidianas que rodearon a estos hechos vertebradores de la Historia Contemporánea, la historia, con minúsculas, de tantos actores anónimos. Por fin da paso al autor. Aplausos. Sergio C. Fanjul, calvo, orondo y luciendo una luenga barba canosa, toma la palabra. Bueno, (el autor se acaricia lentamente la desértica frente cerrando los ojos, como quien rebusca una profunda reflexión o pone un huevo. Se crea cierta expectación entre los asistentes), bueno (continúa), lo cierto es que a mi estos actos literarios –y convendrán en esto conmigo- siempre me han parecido algo absurdos. Nos traen aquí para que hablemos, como si tuviésemos algo que decir, cuando ya lo hemos echado todo en el libro (levanta con esfuerzo el tocho de 1500 páginas y lo agita como puede). Supongo que es porque los escritores siempre quisimos estrellas del rock pero tuvimos que conformarnos con esto, y esto es lo más parecido a un escenario que pisaremos. Al menos eso me pasa a mí. Yo de joven quería ser una rockstar, y bien sabe Dios que lo intenté, pero ya ven, aquí me tienen y no colgado en los posters de miles de paredes de miles de cuartos de miles de adolescentes. (El autor tose sonoramente y bebe un sorbo de agua). Perdonen. Con la música no tuve éxito en mis bandas juveniles y luego ya no tiene importancia que tengas una esponjonsa melena rubia que menear o rudos complementos de cuero porque eso nadie lo ve, a no ser que salgas en la anecdótica foto de la solapa –si es que hay foto- donde todos los escritores aparecemos sobándonos la cara o fumando, como si fuéramos muy listos. Ellos son jóvenes atormentados y lozanos, hermosos, miren a Jim Morrison o Kurt Cobain, mientras que los escritores somos ancianos pesados vestidos de traje. Aunque bien es cierto que mueren pronto. Eso, miren ustedes, también se lo envidio, que esto de ser viejo la verdad es que me parece una puta mierda (el autor vuelve toser con violencia y recoge su esputo en un pañuelo blanco arrugado). Los rockeros lo tienen más fácil, por muy feos que sean les cuelgas una guitarra y a todas las fans se les caen las bragas. Yo no veo ningún sujetador cruzar el cielo por aquí. No veo a gente saltando, bailando, gritando de excitación, están ustedes aburridos (da una palmada y un espectador de la segunda fila se despierta sobresaltado y se recompone en la silla). Para ligar lo tenemos difícil, tenemos que depurar mucho el estilo, adjetivar bien, controlar la prosodia, las subordinadas. Y cuando consigues ligar, entonces vienen el chasco (sonoro puñetazo en la mesa que hace vibrar al micrófono, aunque difícilmente al libro), ellas piensan que les vas a hablar en verso, que se te van a ocurrir piropos marcianos todo el rato, rebuscadas dedicatorias para los libros que les obligas a leer, todo eso. Y claro, se decepcionan al comprobar que hablamos como todo hijo de vecino. Miren, señores, nosotros escribimos cuando escribimos, en cuartuchos oscuros, en noches de insomnio, borrachos, sin ningún glamour. Si destrozamos una habitación de hotel nos vamos a la ruina para pagar los desperfectos. Y eso que nunca vamos a hoteles, solo a pensiones cuyos cuartos ya están destrozados de antemano. Las putas no vienen a nosotros, tenemos que buscarlas por los callejones y al final son siempre tan feas como baratas. Y la última vez que esnifé cocaína que no fuera tiza machacada todavía no se había inundado Benidorm tras el Cambio Climático. Así que piensen ustedes lo que quieran. Si les interesa el libro, léanlo, yo, en verdad, no se lo recomiendo. Y ahora si tienen alguna pregunta, no pienso respondérsela. Buenas tardes. Se hace el silencio. El editor, visiblemente avergonzado, da las gracias en nombre del Autor y la Editorial. Alguien inicia un tímido aplauso, un par de personas lo siguen, pero la cosa no va a más y el conato se extingue rápidamente.

27 comentarios:

Elena Bort dijo...

que buen retrato del mundo editorial, txe...y del universo del creador, tan brillante y arrogante a la vez...

E dijo...

Muy grande, MUY grande, monsieur Fanjul.

Pero me ha hecho pensar en eso que dicen algunos de que las tías escribimos como tías y los tíos escribís como tíos. Y esas cosas.

Claro que de la alopecia galopante sabéis más vosotros... Pensaré sobre todo esto.

Anónimo dijo...

Muy directo, clraro y conciso, demasiado para mi. Yo no lo haria asi, aunque bien es verdad que la razón no le falta...

A mi me gusta más un rodeo, una buena estratagema (ummm estratagema... me encanta esa palabra...)

SAludos Txe

Txe Peligro dijo...

claro que los tios escribimos como tios aunque yo muchas veces he escrito como tia y con notable éxito. La diferencia de género es un hecho, además de biológico, cultural, aunque es posible saltérselo, pasartelo por el arco de triunfo.

y eso.

Alnitak dijo...

Impecable, como de costumbre.

Lo malo es que yo, de más joven, también quería ser rockstar, y no me considero vieja y ya he terminado escribiendo, lo cual es aún más triste... :-)

Anónimo dijo...

lo mejor que le puede pasar a un cruasán es que se lo coman.

Anónimo dijo...

Tranquila alnitak, siempre podías haber acabado peor, de política por ejemplo, eso si que es caer bajo...

El opositor enmascarado dijo...

Si yo tuviera tiempo también escribiría poesías. Cuando me saque las oposiciones a Notaría y pueda pasear por las avenidas en mi Ferrari, siempre llevaré un bloc de notas por si se me ocurre un verso en algún semáforo.

Tesa Medina dijo...

Impecable el relato. Muy bueno. Conozco a Fanjul y ahora no es calvo, su barba…, pues depende de las fotos, la lleva descuidada o lo espadachín.
Me lo encuentro por aquí y por allá en publicaciones literarias.

Calvo y orondo no, pero sí es ya impertinente, con esa impertinencia irónica de los que tienen talento.

Si algún día ocurre la escena que describe Txe, espero no estar muy mayor para poder leerme ese tocharro de 1500 hojas. Sobre todo si me cuenta que Benidorm ya no existe.

No quisiera perderme esa presentación donde un escritor no babea en el logo de su editorial y dice chorradas que no le conciernen.


Me ha encantado, Txe.

Besos.

frikosal dijo...

Lo mejor (lo siento) la desaparici�n de Benidorm bajo las aguas. Un tsunami ser�a excesivo, pero ese ahogamiento lento, incruento, me parece un fin ideal. Para el 2020 los pulpos ya podr�n anidar en los secadores de pelo de los salones de belleza.

nomesploraria dijo...

Y la Manga del Mar Menor y de Torrevieja emergerán los sobreáticos como islas.
Con el pirateo y el emule, las estrellas del rock tendrán que trabajar, hacer conciertos y romper sólo un poquito las habitaciones.

ALOMA69 dijo...

Pues la imagen del escritor maduro y bohemio también tiene su poder de seducción, el típico que te dice "es que yo soy muy raro", poniendo esa cara de sufrir un dolor existencial tremendo.

Qué tiempos los de Paco Umbral y sus muñecas hinchables!!!

Anónimo dijo...

¡Muchacho! mucho muy bien, mucho me encanta, mucho muy grande, pero desde los 52 comentarios esto no para de decaer!
Ponte una foto en bolas a ver si se anima...

la cónica dijo...

di lugar y hora y lo marco en la agenda, para ir. no me pierdo la presentación. no creo que me lea semejante ladrillo, pero aplaudiré.

LOLA GRACIA dijo...

Impecable, como dicen por ahí...pero mis dotes de adivina me dice que tu publicarás novela mucho, mucho antes. En cuatro años como mucho.

Beatrix Kidoo dijo...

Curioso flashforward!! Y lo de los sujetadores, ya llegará...

besosonrisa :)

Mos dijo...

Genial tú. Es la repera ese tal Fanjul.
Es verdad que se liga más siendo rockero melenas.
No me importaría ir a la presentación de ese libro.
Ha sido un excelente relato. Un pelín ácido pero genial. Eres bueno txe.
Saludos de Mos.

Miriam G. dijo...

Me ha gustado, le voy a poner el enlace a las manzanas para que se lo lean.

Un beso, Miriam G.

JML dijo...

Me ha gustado el relato. Como siempre, la verdad está en el futuro, tiene los ribetes trágicos de una distopía

Saludos

Absurdo Rutinario dijo...

Seguro que este tipo de presentación no tiene adornos en forma de malos bebedores que confunden boligrafos por cigarros y tiene un gran afán por hacer amistades perecederas al llegar el resacón.
Y la verdad, si no los tiene pierde su gracia.

juan rafael dijo...

Si quiere ver ropa interior volar, que venga a la tienda

Anónimo dijo...

Te curras las visitas. Docenas de ellas para que te visiten y lisonjeen.

Eso es feo y barato. Mon ami.

Inés Toledo dijo...

2050... Casi octogenaria. Espero que consigan que no tosamos tanto. Yo ya toso como una condenada.

Nunca quise ser una estrella de rock. No tengo talento para la música. Sí quise ser muchas otras cosas. Pero, a fuerza de mudanzas, más que destrozar habitaciones, traté de que hacer que fueran un sitio al que me gustase llegar. No sé si lo logré.

A mi amor le digo que le quiero, y cuando me siento metafórica, que está para ponerle una urbanización, pero no precisamente en Benidorm.

Creo que mis utopías van por otro lado... así como mis subsiguientes distopías (de ellas no me libro).

A ver qué opinan mis nietos de tu evento. Puede que yo alce el brazo en ruegos y preguntas. O puede que no. A ver qué hacen ellos...

Espero que los sujetadores para las octogenarias del 2050 hayan mejorado respecto a los sujetadores de la octogenarias del 2007, sin necesidad de ponernos todas globos de silicona megarresistentes a las décadas, ni de parecer pasas mutantes. Esta esperanza no es estúpida, pues seguro que seguiré siendo muy coqueta, para bien o para mal. Contra los rasgos hondos de la personalidad no hay distopía que valga.

Pero no tiraré el sujetador, sea cómo sea y esté yo como esté... A ver mis nietas y/o :-) nietos...

Eeeh... como no actualizo, doy la brasa en blogs ajenos.

Anónimo dijo...

qué buen texto, como decían por ahí arriba dibujas muy bien la línea entre la rockstar y el malditismo literario. y qué bueno habernos cruzado por el mundo blog. volveremos. ¡un saludo!

Natalia Menéndez dijo...

muy bueno, aunque eso de que has escrito como una tía me lo vas a tener que explicar, porque sólo me asaltan confusas imágenes cuando te imagino...

© Claudia, la chef dijo...

Si no publica un poco antes no podré pedirle el tocho a los Reyes y las cataratas lo habrán inundado todo, mis ojos y Benidorm (yeah)...
Siempre me quedará pedirme un Ipod de 80 gigas que no va, y no va, y no va...

eme dijo...

es cierto. la escritura es muerte estilo imperio. hace tiempo que no hablamos, olvidé enseñarle esto:

http://ememinuscula.blogspot.com/2007/11/mi-hermano.html

muchos besos y enhorabuena por su premio.