martes, febrero 23, 2010

viaje al fin de la noche

Buscando un nuevo firmamento, abriremos un hueco en el suelo -ven, dame la mano -, huiremos de este mundo amarillento y cavaremos. Cavaremos con las manos y los dientes, con furia y sin relojes, con tierra en las uñas y en la boca. Cavaremos desnudos y silvestres buscando el centro del planeta, arderemos en el fuego del infierno -adiós al Diablo con la mano- y seguiremos. Sin dias y sin noches, cavaremos, cavaremos, escapando, todo estará oscuro -no has de tener miedo-, la única luz del mundo será de nuestros cuerpos: el sudor, el temblor, el aliento: cuando anochezca -aquí siempre es de noche- susurrarás canciones muy pequeñas en mi oido, me meceré en ellas -yo el pentagrama, tú la melodía- estaremos solos y trenzados como las raíces de un árbol milenario. Al final olvidaremos el propósito del viaje, o haré que lo olvidemos: las estrellas en el cielo al otro lado del planeta ya no importarán, nos quedaremos para siempre, en el medio, sin buscar una salida, huidos ya de todo, un temblor, un latido, el tacto de una espalda entre las piedras -quitate el pelo de la boca-, nuestros cuerpos juntos nuestros pies desnudos, la respiración caliente y cavernosa -me dan miedo las cuevas-, el cansancio que devasta, nos quedaremos mudos, en silencio, inmóviles, semillas - a ver si algo germina- en el seno de la tierra, -me quedo aquí contigo-, repito, para siempre.

jueves, febrero 11, 2010

Qué vida tan freelance (economía aplicada)

Siempre al hilo de la más rabiosa actualidad, mi economía se fue al garete al mismo tiempo que el derrumbe de la griega. ¿Se puede ser más contemporáneo? Deberían incluirme entre los países cerdos, ya saben los P.I.G.S. (Portugal, Irlanda (¿o era Italia?), Grecia y Spain). Aaaah, eran tan bonitos y relajantes los comienzos de la vida freelance, tan buen rolleros: libertad de horarios, asistencia a todos los saraos y canapeos del mundillo, resaca amarga, sí, pero amarga entre las calientes sábanas, pose intelectual… Pero, cómo diría Gil de Biedma, la triste realidad asoma, y el freelance se queda al descubierto y le entra ese síndrome de ansiedad tan común en el gremio. Hay que pensar más, y pensar a largo plazo y saber que todo forma parte de un ciclo largo en el que piensas hoy, escribes mañana, y cobras la semana que viene, todo esto en meses, claro, no en días (era una enriquecedora metáfora).

Temiendo que “esos países que no hacen los deberes” jodan la recuperación de la economía continental, los países de la zona euro se han puesto manos a la obra: primero reprimenda a Grecia y luego a pensar cómo ayudar, como un buen padre severo. Por supuesto, Merkel y Sarkozy no van a venir a rescatarme, ando enfadado con ellos, pero tal vez mamá y la TiaVicen, mutatis mutandis, me den una reprimenda e idéen un plan de rescate. Una ayuda, como la de Francia y Alemania, “que no será gratis”.

Qué vida tan freelance.