miércoles, octubre 12, 2005

A vueltas con el otoño y ahora en serio

Decía hace dos posts que cuando el cielo se ciega en Madrid hasta los cuervos bajan la cabeza. Y hablaba de prestado, pues en el fondo confiaba en que aquí jamás engriseciera. Pero ocurrió. Y hace un par de días el lunes se intersecó con el otoño y solo podía sonar en el lóbrego salón de mi casa Dominique A -tout sera comme avant-. Fue triste que la lluvia me cogiera, de pronto, sin avisar, frente al Museo del Prado, y también fue triste (si esta es la palabra para designar estas cosas) que todo el mundo corriera a guarecerse dentro de los portales o junto a la pared. Lo más triste fue, sin duda, ver como lentamente el suelo se ponía brillante y negro de agua y de suelas. Necesité tres vasos de ron y una llamada telefónica para sobreponerme y ni aún así. El futuro será como sea pero sobre todo otoñal y después terriblemente invierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otoño y sin coño, eso sí que es gris.