viernes, junio 15, 2007

Chicago-Madrid egotrip

Mediados de los años 90. El Chicago Stadium está a rebosar. Es el séptimo partido de la final de la NBA entre los Bulls y los Suns de Phoenix. Los Bulls pierden por dos puntos y queda tan solo un segundo y medio para el final del partido. Tiempo muerto. Los jugadores se reúnen en torno a los entrenadores en los banquillos. Phil Jackson les da instrucciones a sus chicos, solo les queda una oportunidad para ganar el título. Todo el mundo sabe lo que va a pasar, todo el mundo tiene la mirada fija en Michael Jordan. Michael, con el número 23 a la espalda, masca chicle aparentando una calma tensa. Sabe que va a tener que hacerlo. Sus 198 centímetros de cuerpo ébano están cubiertos de perlas de sudor. Se reanuda el partido. John Paxson, nacido en Dayton, Ohio, saca desde la banda. Michael Jordan busca la frontal de la canasta. Prácticamente los cinco jugadores de los Suns están sobre él, tratando de impedir que reciba el saque. Finalmente Michael se hace hueco. La pelota llega a sus manos desde la banda. Los jugadores de los Suns levantan los brazos desesperados para evitar el tiro pero es inevitable: Michael está en la línea de 6,25 metros, hace un reverso; cuando encara la canasta, suspendido en el aire en un salto imposible, lanza de tres. En ese momento el tiempo se para. Se hace el silencio. Todos los Estados Unidos encogen el aliento. La mitad del planeta encoge el aliento. Lo que importa ahora es esa esfera de 30 centímetros de diámetro que sigue una trayectoria parabólica perfecta sujeta solamente a la ley de la gravedad. De pronto suena el roce de la bola con la red. Estallan los flashes. Ha entrado limpia. La red hace un movimiento de retroceso. Suena la bocina. Tres puntos: los Bulls han ganado el campeonato por tercera vez consecutiva. El estadio se derrumba. La histeria se desboca. Michael Jordan saca su enorme lengua rosa. Levanta el puño. Es el mejor.

Un tórrido viernes de principios de verano de 2007. Facultad de Filosofía de la UCM. Madrid. Txe Peligro espera sentado en un aula a que comienza su examen de Filosofía de la Física. Hace calor. Sus compañeros parecen nerviosos. Nadie sabe bien que puede caer, nadie tiene nada claro lo que ha estudiado. Los alumnos de filosofía no alcanzan a comprender las partes matemáticas del temario. Los alumnos de física no consiguen estudiar correctamente textos largos plagados de citas y referencias a autores de nombres extraños. Txe Peligro, hombre de ciencias y letras, comprueba el estado de sus bolis Bic. Correcto. Llega el profesor Rivadulla, sonriendo. La tensión se palpa. Reparte papel. Txe Peligro coge cinco hojas. La pregunta es: Límites clásicos en física y su papel en la racionalidad de las revoluciones científicas. Bingo. Txe Peligro comienza citando al Kuhn de The Structure of the scientific revolutions, 1962. Después desarrolla someramente la teoría kuhniana y amplía con algo de Feyerabend y las críticas a Popper y al neopositivismo. En el siguiente párrafo describe los casos límite de las teorías de la física moderna, relatividad y mecánica cuántica, citando la posición de varios filósofos al respecto. Es hora de ensuciarse las manos: matemáticas. A partir de la ecuación de la geodésica en Relatividad General y con las ecuaciones de Campo de Einstein reduce la teoría de Einstein a la mecánica de Newton. Deriva más de lo mismo a partir de la ecuación de Schrödinger de la mecánica cuántica y del teorema de Ehrenfest. Demuestra la invariancia de la masa en todo sistema de referencia. Etcétera. Todavía le queda tiempo y ánimo para disertar sobre la tesis de inconmensurabilidad. Las revoluciones científicas son racionales, concluye. Se levanta, con las cinco hojas repletas, no le falta ni le sobra un espacio. Han sido cinco hojas justas. Perfecto. Las entrega dobladas al profesor Rivadulla y sale de la clase con andar cadencioso, al ritmo del hip hop que suena en su cabeza. Va al baño de alumnos y saca su gran glande rosa delante del espejo. Puede escuchar los gritos de las animadoras que están subidas a los urinarios meneando el culo. Es el puto delirio. Solo le falta ser negro. Es el mejor.

29 comentarios:

Dátil dijo...

Me vale TXE,

me vale. Y me alegra sobremanera de que hayamos podido planificar la paz de expresión.
Un beso.

Abril dijo...

No considero que estar triste sea nada malo... siempre y cuando uno no se pase el día triste, claro...
Pero gracias, sé que me lo decía con su mejor intención.
Ciao.
No entiendo de baloncesto ;)

LOLA GRACIA dijo...

Uhmmm te ponen cachondo los exámenes? Alguna subliminal imagen freudiana con el temita de la canasta??? Yo, que tú me lo miraba ;) je,je.

Txe Peligro dijo...

no va de baloncesto

Sibyla dijo...

Historias paralelas, resultados paralelos, éxito en la canasta y en el aula de exámenes. Resultados envidiables, si todo fuese así en la vida...

Un saludo.

El Blog de Sibyla

Dama Atómica dijo...

Muy buckowskiano, sobre todo el final.

Coblenza dijo...

Vaya, Vaya, Vaya!!!

Lo que me tu justo me dijístes. Te ha quedado de miedo el post.

El final es casi lo que más curiosidad me despertó -por aquello de lo etéreo- y la verdad cinco folios de tu teoría con más, y más. (signo matemático). Te hace ser consciente de que vales, tu lo vales.

Suerte.

Beso.

Maria dijo...

me has dejado un post en el blog, porque te sorprendió que te tuviera linkeado, pero te lo dije hace un montón...

publicamos juntos en "Radio Varsovia", entré aquí, me gustó y te linkee... que despiste.


saludos.

vaderetrocordero dijo...

Qué tiempos aquellos en los que salias de un examen bien hecho con el porte de un César recién venido de someter a los bàrbaros. Como echo de menos estudiar. Es una impresion solo comparable a clavar un solo de guitarra ante un pùblico de cinco mil personas, bajar del escenario y que un grupo de quinceañeras te venga con un "mi amiga te quiere conocer". Apoteosico.
Perdon por la falta de tildes (putos teclados gabachos...)

Ale dijo...

Como sepas de filosofía de la física tanto como te crees que sabes de parafarmacia vas listo en la nota dear. Suerte anyway enorme.

Celestina dijo...

hola!

Anónimo dijo...

OLÉ!!!Y MÁS CHULO QUE UN 8!!!olé por tí!!!

Ruth Miguel dijo...

Ser negro es bastante importante en estos casos. El glande rosa desmerece. La próxima vez inténtalo con más ganas.

Valeria dijo...

Bravo!
La satisfacción del trabajo bien hecho.
La tesis de inconmensurabilidad suena bárbaro...

Batiscafo dijo...

jajajajajajajajajaja
el examen de tus sueños ¿no?
enhorabuena chaval!
y como haría un buen entrenador.. te sacudo del pelo y una palmadita en la espalda
muchos besos

eme dijo...

y gwen stephany cantando los coros:
say b-a-n-a-n-a-s
(bi
ei en
ei en
ei
es).
divertido.

Anónimo dijo...

Soy el Marcos ...
mándame una dirección física que te envío una copia en CD
sanmarcosiglesias@gmail.com

nancicomansi dijo...

Egotrip...chulo...

Anónimo dijo...

En mi época los examenes nos daban sed, y mucha. Me alegro que en la actualidad incentiven la creatividad.

Un beso, Miriam G.

Aprendiza de risas dijo...

¡Bufff! Me recordaste mis tiempos de estudio, de exámenes...
Me he sentido afortunada de tener un buen curro, un buen sueldo y de haber pasado ya por lo que tú estás pasando ahora.

Recuerdo los junios estudiando... el sol, el calor...

¡Que te vaya bien y que el examen haya sido un éxito, siendo negro o blanco, qué más da!

Besitos,

Beatrix Kidoo dijo...

Pues ole por tí,pero lo que más me sigue impresionando es que sepas darle nombre a las estrellas.

BESOSONRISA

Anónimo dijo...

Genial en su ejecución, estético y perfectamente definido..... un triple literario sobre la puta bocina.

Felicidades.

Anónimo dijo...

joder, me encantaría leer el examen (a pesar de que no entendería nada) :)

giraluna dijo...

Al leerte mi aliento se encoge.
Y el silencio se hace cuando se encoge el aliento.

El cielo está lleno de estrellas y una te sonríe siempre. O casi.

.besos. e icono de mesenger sonriente.

Anónimo dijo...

Felicidades, no debe de ser fácil bordar un examen de ¿Filosofía de la Física? Me ha encantado, también los últimos que has colgado y que has publicado (¿verdad?)Un beso muy fuerte

Abril dijo...

Lo acabo de leer entero... no, de baloncesto no va... :O

Anita dijo...

ja, ja, ja, muy bueno este post¡¡ justo acab ode terminar mi época de exámanes,a mis 35 años en la universidad, y bueno diré que esperaba otra cosa, pero ha sido realemnte divertido, También curse una asignatura de filosofía, y bueno qué puedo decir.. ha sido realmente sufrido, pero al mismo tiempo muy divertido¡¡.Nunca sabes lo que te puede caer, pero cuando piensas que el examen salio mal, vas y lo aprueba,s y cuando piensas que salio bien, va y lo suspendiste... pero en el fodno ha sido divertido.. aayyyyy

Kaos Baggins dijo...

interesante forma de pervertir un recuerdo
los superhombres no existen, y aquel septimo partido es ficcion por que en el sexto fue otro hombre, un soldado raso, john paxon quien clavo una daga del rival a 5 segundos y medio

a�os mas tarde el superhombre volvio a confiar el ultimo tiro a otro soldado sin galones, que solo le respondio "I'll be ready"... y la clavo

creerse tan superior, esa carga de adrenalina.... para presentarse a un examen es la mejor manera de suspenderlo

la cónica dijo...

A veces ocurre en un examen que sabes que todo va a ir bien según lo lees. Y claro que hay una carga de adrenalina. Porque habías trabajado, pero al leerlo sabes que lo vas a bordar. En un examen no va a escupir la bola el aro. No te van a hacer una antideportiva, no te vas a resbalar. Y lo bordas. Y es genial. Pasa pocas veces, pero es genial cuando pasa.