miércoles, marzo 09, 2011

Toda la verdad sobre la vida sexual de Txe Peligro



Bueno, mi vida sexual funciona más o menos así: estoy yo, ¿no?, y entonces empiezo a sentir un no sé qué que qué se yo en las entretelas más intimas que me suliveya, y entonces me quito la ropa y me quedo con la piel crepitante al aire y aquello se me pone de aquella manera y entonces…, entonces…

¡Han picado! Este post no va de mi vida sexual sino de… ¡la lectura! ¡lo contrario del sexo! (¡Oh! Abucheos y pitidos en el gallinero, decepción, pataleo, tristeza generalizada, decepción).

Para hacer la mudanza al pisazín (el pisazo piquiñín) he embalado los libros y han resultado unas 15 cajas llenas de letra impresa y un volumen mucho mayor del que ocupaban en las estanterías. Y eso que dicen que el saber no ocupa lugar. Por lo demás he tratado de deshacerme de unos 100 libros y, como le pasaba a Augusto Monterroso, no he sido capaz: en principio los amigos estaban encantados por venirse a buscar libros de gratelo (sí tio, nos pasamos el viernes fijo), pero pasa el tiempo y aquí no viene ni Dios. Seguro que si regalase las pelusas mutantes que tengo por los zócalos vendría más gente. Tíos, que es gratis, joder.

Y es que los libros están muy mal vistos, y la lectura en general. Hay gente a la que no le gusta leer. Así, en general, no le gusta leer. Esto me fascina, porque digo yo: todo el mundo tiene aficiones ¿no? Los perros, la música barroca, los coches, el sexo raro, los suelos de porcelana, la jardinería, la Guerra Civil. Pues bien, de todas estas cosas hay libros, porque los libros son una especie de resumen pret a porter del espaciotiempo. Entonces, si te gustan estas cosas, ¿por qué no lees sobre ellas? Infórmate joder. A mi no es que me guste leer, leer cuesta esfuerzo y cansa los ojos, lo que me gusta es lo que viene dentro de ciertos libros, tanto que me aguanto y sufro y me los leo. Y me sale a cuenta, oigan.

Imaginénse que pudiesen hacer una llamada telefónica a un tío que vivió hace 2.500 años. ¿Qué locura estoy diciendo, no? Hablar con Platón, por ejemplo. Esta tecnología no existe, pero existe otra que lo permite: el libro! Hay libros que se conservan de gente que vivió hace tropecientos mil años y que dicen lo que ellos vivían y pensaban. Y hay libros de ciencia ficción que explican como dentro de mil años escaparemos de la Tierra hacia un exoplaneta habitable en Alfa Centauro para escapar de la hinchazón del Sol convirtiéndose en una gigante roja. Leer es como vivir muchas vidas en muchos tiempos diferentes (lagrimilla, mecheros, emoción).

Lo mejor de los libros, sin embargo, es que decoran, son muy bonitos en las estanterías y te hacen parecer más listo, aunque menos simpático. Y además te permiten hablar de muchas cosas intempestivas y decir muchas veces en una conversación: “Yo una vez leí que…”, “hay un libro que dice que…” ¿Si no de qué hablas? Los treintañeros ya solo hablamos de hipotecas, ofertas de trabajo, guarderías, ventajas fiscales y cosas así, y los que no son treintañeros, del tiempo. Porque no se lee.

Pero bueno, decía el otro día Eduardo Mendicutti en la tele que no todo el mundo tiene que ser lector, que unos leen y otros non, como los pimientos de Padrón. Que no hay que leer porque sea sano como comer yogures con bífidus o verduritas frescas. A veces hay que usar el recurso del sexo, como se hizo más arriba: tetas, morbo, confesiones. Así que si usted quiere dejar de leer este post puede hacerlo… ¡Ya!



(Qué alivio que ya se acabó ¿no? En la imagen el Autor a punto de experimentar un orgasmo literario. Foto by Oscar Carriquí, photographer,genio y figura).

13 comentarios:

Clementine dijo...

Yo sueño con la típica biblioteca llena de libros, con su característico olor, en el medio un sofá y un gato perezoso y yo sentada. En medio de ese reducto de paz. Leer siempre me dará esperanza y paz.

Francisco Negrete Mendoza dijo...

Pues yo quiero un libro gratis.

Jezabel dijo...

Las narices leer es lo contrario al sexo, menudas pajas con el Marqués de Sade y algunos de la Sonrisa Vertical en mi adolescencia...

Oye, en serio te quieres quitar algún libro? Mándame algunopordiossssssss, que pa los gastos de envío me llega

besos

Belén dijo...

Yo iría, pero...¿dónde los meto, si no tengo espacio para los míos?

Besicos

Sergio C. Fanjul (a.k.a. Txe Peligro) dijo...

ya, ya, eso decía ahora

Anónimo dijo...

<3

San Marcos dijo...

¿la lectura lo contrario al sexo? depende de los tatuajes que te encuentres en la piel del contrincante

Santiago Bertault dijo...

Si señor si señor que diría Rosendo
Weahhhhhhhh

Meme dijo...

Muy guapo! Es una crueldad que me hayas engañado con el post del sexo, se anunciaba interesante :P

la cónica dijo...

Últimamente (desde que voy en transporte público a trabajar) estoy redescubriéndome como lectora volcánica disfrutando del placer cuasi-orgásmico de leer... Un libro tuyo o dos si son pequeños serían bienvenidos en mi estantería.

Besos!

ardilla dijo...

Yo no lo entiendo. Yo veo un libro en la basura y me da como cosa, como pena, el otro día cogí de una caja tirada en la calle "Segundo curso en santa clara", "quinto grado en santa clara" y "sin noticias de gurb". (Ahora pienso, mierda! por qué lo hice? porque realmente no los quiero)Pero vamos, que no entiendo que tus amigos no vayan a por tus libros.

Sergio C. Fanjul (a.k.a. Txe Peligro) dijo...

sin noticias de gurb mola

tormenta dijo...

Tráete alguna a versátil.es. Yo te apadrino un par de libros.