lunes, febrero 13, 2006

Amor vecinal y dedos rotos


Bien, me han pasado esta instantánea y la he considerado, instantáneamente, de gran interés para ustedes. En ella salen retratados Ale -cómo no- e Isaac, al que les presento en imagen por vez primera. Isaac es el novio de Ale y vive con Guillermo -que es el tipo que sale al fondo y que alguna vez han visto- en la calle de enfrente en otro de los puntos neurálgicos de la movida juvenil del barrio de las Delicias, el nuevo Soho madrileño. El pobre Isaac -ser maltratado por la vida- se fracturó el meñique en extrañas circunstancias navideñas y le colocaron la notable escayola que se muestra en la foto. Afortunadamente se la han quitado hace apenas un par de días, olía a ajo. Al pobre Isaac le ha quedado una muñeca más delgada que la otra y se pasa el día jugueteando con una pelota rosa en lo que él considera una rehabilitación. Diré en su descargo que en su convalecencia nunca se le puso por delante la escayola a la hora de intentar cocinar o hacerme los trabajos de la facultad, aunque su actividad preferida era, sin ningún lugar a dudas, estrangular cariñosamente a Ale por los bares o golpearse la cabeza con la escayola produciendo un ruido la mar de desagradable.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

SIBEL DICE:
Por favor, cuéntenos las extrañas circunstancias navideñas...

Anónimo dijo...

Guillermo, Isaak, Ale y tú... Nada bueno puede salir de esa reunión (Porque los reportajes de jóvenes desaprensivos para revistas de tendencias overground, mira que son malos).

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Sibel, a mi también me gustaría conocer las extrañas circunstancias navideñas...
WILLARD.

Anónimo dijo...

Esto parece una novela policiaca... El de atrás no está en el ajo?

Ashavari dijo...

ta graciosa si :)

Txe Peligro dijo...

Hola,

las extrañas circunstancias navideñas son por el momento materia reservada. Pero qué morbosos sois: aún así imaginaros los peor, collejas a viejas que salen de misa o, simplemente, meter la mano donde uno no debe.
Por lo demás es cierto que nada puede salir de una reunión de jóvenes de vida dispersa y moral distraida.
Un saludo, gracias por su visita.