domingo, julio 03, 2011
Solo hay putas y cocheros en Madrid
Madrid no es solo una ciudad, como pudiera parecer a simple vista o mirando un mapa, Madrid es un animal, un ser vivo, una bestia compuesta por millones de células autónomas que, actuando individualmente, y sin ningún tipo de orquestación, reproducen el comportamiento de la bestia (o alimaña) a gran escala. Las células son, claro está y en sentido amplio, los madrileños. Es decir: la olla podrida de procedencias, colores, nacionalidades, ideologías, estéticas, tribus urbanas y gustos culinarios que vivimos aquí, en medio del desierto.
A Madrid, a los madrileños, lo que más nos gusta es echarnos a la calle en multitud, petar las plazas y las avenidas, sentir que, en efecto, cada uno de nosotros somos parte de un Todo, de algo superior, que es Madrid, ese buey azuzado por avispas. Este finde miles de gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y simpatizantes de los anteriores nos liamos la manta a la cabeza en Gran Vía, Plaza España o Chueca. Durante el mes pasado fuimos los llamados indignados los que tomamos la Puerta del Sol y aledaños. Sin ir más lejos, basta con que Perséfone escape de su rapto y estalle la primavera para que los madrileños salgan de sus madrigueras y, cual lagartijas al sol, aposenten sus culos en las terrazas (uno de los únicos lugares donde, tal y como están las cosas, se puede fumar, albricias). Pero no solo eso: también cuando España gana el Mundial, cuando el Real Madrid gana cualquier cosa, cuando hay manifestaciones de los perturbados pro-vida, cuando los obispos comandan a nuestros mayores por las calles con el ruin combustible de un bocata gratis o cuando el mes que viene venga (¡qué ganas!) el Pontífice a darse un garbeo y un baño de multitudes en la Castellana, rodeado de los cuerpos calientes de “la juventud más conservadora”. A ver si nos cuenta qué dice Dios o por qué se calla tanto. O cuando vino Carlinhos Brown en su sambamóvil patrocinado a regarnos con agua y sabrosura. De lo que se trata es de salir a la calle. A mí, por lo demás, y si tengo que pronunciarme, me satisface.
Tal vez hayan ustedes oído hablar de las propiedades emergentes. Se da cuando en redes complejas, digamos, en las que el total es la suma de las partes y algo más (¡olé, esa cursiva guapa!) Por ejemplo, en un hormiguero nadie dirige las acciones de las hormigas, pero toda la estructura se comporta como un organismo vivo de forma casi milagrosa, aunque cada hormiga individual vaya a su bola, siguiendo las hormonas que tenga que seguir y haciendo lo que le pida el cuerpo. En las redes neuronales del cerebro también se manifiesta una propiedad emergente, que va más allá de la mera suma de todas las neuronas: la conciencia (¡oh!), la mente. El zeigeist, el espíritu de la nación, las oscilaciones gordas de la economía, en fin, todas esas grandes tendencias que surgen de la acción individual descoordinada, podrían llamarse, de manera laxa, propiedades emergentes.
Pues bien: eso es Madrid. No la suma de los madrileños, el chotis, Arco, la pasarela Cibeles, la Gran Vía, el Palentino, la costa marrón, el cocido, los crackeros de la plaza de la Luna, Txe Peligro y Teddy Bautista. Sino todo eso, y algo más, que dialécticamente lo confronta, lo une y lo supera. Esa alimaña guarra. Este sudor.
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9 comentarios:
"a los madrileños, lo que más NOS gusta"
epic fail
Las células son, claro está y en sentido amplio, los madrileños. Es decir: la olla podrida de procedencias, colores, nacionalidades, ideologías, estéticas, tribus urbanas y gustos culinarios que vivimos aquí, en medio del desierto.
a ver si leemos bien
Si bien ahora, tras las fiestas del Orgullo se acaba la temporada, hasta que el animal se busque en septiembre nuevos motivos para reventar la calle, que llegarán seguro. Madrid no es bien aceptada en verano, de toda la vida. Buen post.
Me preguntas qué es Madrid? Madrid eres tú!
Soy una Puta de Madrid!
M.
(me encantó)
Por más que te gustaría, tú no eres madrileño, ¡ja!
en el texto se explica lo que es un madrileño
Ostras. El texto lo has escrito tú. ¿Lo que tú digas es automáticamente cierto?
por lo general, sí
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