Ahora que se ha muerto Steve Jobs me he acordado de
Francisco Franco, un prohombre al que se le recuerda poco y, cuando se le
recuerda, se le recuerda mal. Dicen que Franco tenía un brazo incorrupto de
Santa Teresa de Jesús, y dicen también que Santa Teresa de Jesús no tenía
éxtasis místicos ni revelaciones divinas, si no que, simplemente, estaba
intoxicada por la ingesta del cornezuelo del centeno, un hongo alucinógeno,
parecido al LSD, que solía salir en el pan que preparaban en los conventos. San
Juan de la Cruz, que tuvo sus propios éxtasis, también estaba bajo el
alucinante y alucinatorio influjo del cornezuelo, de hecho, parece ser que era
bastante común en aquella época, solo que pocos tenían la buena pluma de Juan y
Teresa como para pasar a la Historia de la Literatura a base de colocones raros. Cómo han cambiado los
tiempos: en esta era pagana cuando la gente entra en sus éxtasis químicos nadie
lo achaca al contacto con la divinidad, si no fuera así los bares y las discotecas estarían llenas de
devotos, beatas y religios@s, y esta sí que sería, de una buena vez, la Juventud del
Papá.
Pero a lo que iba, Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de
España, además de tener el brazo incorrupto de Santa Teresa, al que seguramente
de vez en cuando le daba un mordisco, fue el inventor de esta cosa que está
ahora tan de moda de la geolocalización, es decir, esas aplicaciones de móvil,
pc’s o redes sociales que te permiten encontrar el garito en el que has quedado
cuando llegas tarde o decir a todo el mundo en la red: “estoy en Gran Vía con
Fulanito”. Fíjense: muchas décadas antes de la aparición de estas tecnologías
modernérrimas, el Caudillo diseño la gigantesca cruz del Valle de los Caídos,
que emerge orgullosa de la Sierra Madrileña, como una igualmente gigantesca
chincheta de Google Maps que señalara el lugar exacto de su tumba. ¡Y utilizando a los propios vencidos para picar la roca de la montaña y levantarlo! Eso es ser un visionario. Y eso sin mencionar lo de Don Juan Carlos.
Y no tanto Steve Jobs, Steve Jobs....
8 comentarios:
sois todos franquistas
Pues yo veo a Franco más paralelismo con Gates que con Jobs. El amigo Bill comparte ese afán coleccionista con el caudillo de las patas cortas. Cualquier día adquiere en una subasta el brazo de Santa Teresa, los mil prepucios de Cristo y las bragas de la Santina. Y, de paso, aprovechando la crisis inmobiliaria, todo el Valle de los Caídos, que seguro se lo dejan barato.
qué colecciona Gates? buenas obras?
orinales de Leonardo, digo originales de Leonardo.
orinales de Duchamp, en todo caso
(bostezo)
Adiós.
??
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