Por el supermercado descuento DIA de debajo de mi casa se
puede ver desfilar a lo más florido de la cultura española. Está muy céntrico,
en la Plaza de San Miguel, un barrio con solera muy apropiado para la bohemia,
el arte y los letraheridos, al menos en apariencia (esas viejas callejuelas de
piedra iluminadas por la tenue luz amarillenta de las farolas), porque en
realidad es bastante caro y sus establecimientos, mayormente de hostelería,
están dedicados a saciar las bocas, y esquilmar los bolsillos, de nuestros
glotones turistas. Bien por ellos. Queremos sus ecus.
Anyway, por
aquí vive mucho artista y agente de la cultura. Como el barrio carece de una buena
red de supermercados, la gente de otros ámbitos mejor remunerados y que me
consta también viven por aquí (léase arquitectos, ingenieros, catedráticos, políticos
o emprendedores de éxito) se van a comprar a El Corte Inglés de Sol, porque su
calidad y servicio son incomparables y si no te quedas satisfecho te devuelven
el dinero. Pero en el DIA nos quedamos los que somos pobres y de izquierdas,
precisamente por este orden, que si no ya nos replantearíamos las cosas. Aquí hace la compra la cultura alternativa, inconformista, indignada, desde los titiriteros
de la ceja hasta el infinito y más allá. Y los mendigos. Aquí se ve nuestro zeitgeist abierto en canal como una res. La gente de la cultura del PP, véase
Raphael, Arturo Fernández, o las hermanas Valverde, la verdad, no sé dónde
compran las cebollas.
Como los dos elementos claves de la creatividad son el
hambre y las toxinas, yo siempre fantaseo con crear entre las estanterías del DIA.
Encontrarme a Bill Viola e idear un videopoema con guisante congelados, o
encontrarme a Daniel Canogar y montar una rompedora instalación con latas de
conserva de marca blanca, una obra transgresora y visionaria que luego, el
finde que viene, triunfe en ARCO y flipe doble, y mole triple. Montarme una
juerga flamenca con Bebe y Javier Limón y unos botes vacíos de Colón a modo de cajón.
Uy, que rima. Poner a Javier Bardem en el papel de reponedor o a Verónica Echegui de cajera. No sé, entre pescado congelado y birras Lager a 70 cents/litro, las
posibilidades se me presentan infinitas y fantabulosas. Ya está bien de
Mostras, Niemeyers, Laborales, Musac’s y Festivales de Cine de Xixón. Que
pongan más DIAs con cajeras expresidiarias. Porque el DIA va de lo central a
lo periférico, de lo local a lo universal, de lo metonímico a lo metafórico y
viceversa. Porque el DIA es la mejor forma de crear la marca España.
2 comentarios:
a mi el Niemeyer siempre me pareció un LIDL así como de diseño
jaja, ahora que lo dices... que lo reconviertan!
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