Fíjense, el domingo por la mañana asistí a una fiesta que se celebraba en casa de un conocido cerca de Gran Vía. Mientras en la calle amanecía allí dento las persianas estaban bajadas y el ambiente inundado de luz amarilla y humo. Había un puñado de desconocidos, unas cuantas botellas sobre la barra de la cocina y una mesa de mezclas: era lo que se conoce por estos lares como un aftercasa, o bien, reafter. Nos servimos un vaso de cerveza y nos integramos en los grupos que charlaban en diferentes partes del salón. Las circunstancias me llevaron a coincidir en el cuarto de baño con una chica de largas rastas rojas (ocho años de edad, las rastas, le llegaban hasta el culo) que hacía rayas cuidadosamente con el polvo que había resultado de machacar una de esas pastillas azules. Pensé que tenía una mirada enigmática. Pues bien, entablamos conversación y me confesó que llevaba diez días despierta, esto es, desde antes de la semana de los puentes (la Constitución y la Inmaculada). Desde el jueves anterior, concretamente. Yo puse cara de incredulidad y pensé en los cientos de cosas que yo había hecho en los últimos diez días. Ella repuso que había dormido tan solo seis horas en todo ese tiempo. Sale más o menos a cuarenta minutos por día. Me recordó a Leonardo da Vinci, del que dicen que solo dormía un cuarto de hora cada cuatro horas o a la historia de aquella chica guiri que en una semana de vacaciones en Ibiza solo comió un plátano. Y yo pensando que su mirada era misteriosa cuando en realidad lo que ocurría es que estaba supervolada.
Con esto del hedonismo posmoderno y la democratización de la droga es bastante común que en Madrid la gente pase días y días de fiesta, aunque diez resulte una exageración. Lo normal es que la gente salga una noche y llegue a casa al día siguiente al mediodía. Algunos aguantan hasta el anochecer, incluso. Aquí encontramos un punto de inflexión, pues los que sigan adelante volverán a salir a la calle (hasta entonces la gente se esconde en casas o en bares de cañas) y a ir a bares de copas y clubs hasta la madrugada. Lo máximo que se suele ver por aquí es a gente que ha pasado de fiesta desde el jueves noche hasta el domingo de madrugada -porque el lunes es laborable-, aunque esto ya es muy raro. Yo no sé si creer a la chica de ojos extraviados.
Bien mirado, esto de las fiestas sin fin ni horario es una especie de subversión contra el orden natural de las cosas, una rebeldía clandestina que coloca al placer como bien supremo. La juventud se pasa por el arco de triunfo los ciclos circadianos, los horas de las comidas, el horario civil, la moral, la salud y el decoro. Extraño fenómeno éste: miles de personas huyendo de un mundo gris y monótono como en aquella película, La Gran Evasión, que trataba de soldados huyendo de un campo de concentración nazi a través de un túnel horadado en la tierra como ahora se horadan en los fines de semana.
A mi el personaje que más me gustaba era el de Steve McQueen. Aunque al final los nazis le cazaban cuando trataba de escapar con aquella moto, saltando alambradas.
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13 comentarios:
Gracias, gracias, pero yo no tengo pluma :D.
Salud.
he venido a devolver tu visita
me gusta el blog
respecto a las faltas no seas modesto!!!!!!!!
nos vemos :)
1 pista: Yo empecé el juego anónimo, después surgió alguien nuevo, ese alguien sólo ha tenido 3 intervenciones: "para qué quieres saberlo?, "siento ser anónima pero...." y "una tipa no me deja" (o algo así).El resto es mío.el tercer jugador debe mover ficha. sí, tú.
Lo que faltaba: se multiplican los anónimos. Tenemos al "anónimo alfa" que es este último y que tiene un discurso duro. Y luego tenemos a la "anónima beta", que es la que juega con su anonimato. ¿No es así? (no os preocupeis, los de ciencias nos sabemos todo el alfabeto griego).
Esto es como el Cluedo.
Salud!
ego eimai to anonimo sou. mou fainetes poli kala moré!!! LA ANÓNIMO
En mi blog, tras ciertos problemas con alguna anonima, decidi no permitirlos. Pero rapidamente cambie de opinion, los echaba de menos. Le dan gracia a los comentarios. Existe, como bien dice tu anonimo alfa, un juego complice entre el blogger y su anónimo, por descubrir quien es, por no ser descubierto, por dejar pistas, por interpretarlas. Incluso aunque jamas se hayan concido.
Y en cuanto al post, yo, insomne a tiempo parcial, soy incapaz de entender a aquellos que se privan del sueño artificialmente y con alevosía. Y todo por pegarse unos dias de fiesta de los que probablemente no guarden el más minimo recuerdo.
Un saludo
mira txe, me meo de la risa con todo esto. Yo te conocí una noche de fiesta de estas q tanto te gusta narrar, me hablastes de tu blog y por curiosidad empecé a visitarte y en alguna ocasión te he dejado algo. Y ahora al ver la que se ha montado con todo esto de los anónimos me da la risa y ya no se si soy el anonimo gamma, delta, breska o cheska... me muero de la risa, en serio ... qué bien, pues he leido que si ries de día duermes mejor de noche...bueno, sólo me queda decir que yo soy quien dijo lo de y para q quieres saberlo o lo de que si un desconocido me besase en la calle y me invitase de cañas pensaría q estaba colgado a no ser q me diese morbo con lo q si lo haría e invitaba a todos los desconocidos morbosos a hacerlo... con estas pistas, qué tipo de anónimo soy? me parto, ojalá continue todo esto. besos a todos los sinnombres, un nombre, para qué?
No me extraña que no viera nada, yo en diez dias asi me hubiese quedado tuerta!
Querido "Anónimo gamma", a mi lo de los anónimos me crea inquietud según que cosas digan, claro, pero bueno, lo cierto es que a los lectores habituales les hace mucha gracia y, jajaj,ha sido como una bola de nieve creciendo al caer por la ladera. Como decía Cristina Peri Rossi en un poema: "los poemas no hablan de las cosas sino de los nombres de las cosas".
Y cOmo diría también Umbral, "yo he venido aquí a hablar de mi blog".
Salud!
Estoy con kade. Además con lo bueno que está el cafelito, de momento lo cambio yo por una pastillita.
Yo llego aqui tirando del hilo de un comentario tuyo en la pagina del Dr. Knäuel, solo para felicitarte por tus textos. Estoy de acuerdo con poca sangre, base cientifica y humana simultaneamente no abundan.
Yo creo que podría pasarme 10 días durmiendo. Sí, creo que sí.
Lo de los anónimos resulta misterioso hasta cierto punto. Tienen su qué.
Besos,
Maravillos gustos cinematográficos aunque no gastronómicos... jeje
Un besito
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