lunes, agosto 25, 2008

Los caminos del Señor son inescrutables

Según el Google Analitycs, algunos internautas han accedido a este, vuestro humilde blog, haciendo las siguientes búsquedas en el sacrosanto Google.

técnicas masturbatorias
literatura pornográfica
las cosas más fantásticas del mundo
concurso literario amañado
cómo hacer daño a una mujer
matar polillas
armas de destrucción anal
follarse un cerebro
a mí no me atrae un cuerpo, no es que no me atraiga, claro que me atrae, me encanta, pero no me seduce
anal intruder
belleza pierna muñón
cerveza y gastroenteritis
cómo quitarse el odio dentro de una mismo
concepto: el triunfo
crestas capilares
cuánto mide el pene de Billie Joe
culito de la niña semén
discapacitada follando sin pierna
el tiempo como tal
es bueno dormir con ansiolíticos
flequis
gorila borondongo
hombres que usan sujetador
los dibujos mas bonitos de flores o cositas muy ermosas corasones para colorear (sic)
vomítame arena en la boca
versos punk
técnicas para sentir más placer al pajearse
te voy a poner un supositorio
significado de la palabra asimetría
ancianas con mucho vello púbico
quiero practicar tiro con arco
polletazos
peligros del nitrato de amonio
papiroflexia de libélulas
muerde glandes
montones de guardias civiles muertos
mi trayectoria delictiva
mi tía borracha

Se me ocurre que igual que se puede conocer a alguien husmeando en su basura, también se podría hacer mirando estas busquedas en Google. Y me asusta.
La primera pregunta es: ¿por qué buscan eso?
La segunda es: ¿por qué sale éste blog?

miércoles, agosto 13, 2008

Encuesta

He aquí una consulta popular que sí cabe en la Constitución.

¿Qué es lo que más le gusta de la Puerta del Sol?

1. El mendigo sin brazos que sujeta y agita con la boca un vaso de plástico lleno de calderilla.
2. La mujer que pide tirada boca abajo en el suelo, en toda la longitud de su cuerpo.
3. Las estatuas de barro humanas.
4. Los chaperos del Magreb.
5. Los promotores plastas de Greenpeace, WWF, ACNUR, étc.
6. Los predicadores cristianos ultraconservadores.
7. Las niñas carteristas rumanas.
8. El hombre-anuncio que compra oro.
9. La mujer con los brazos deformes.
10. La vieja decrépita vestida de riguroso negro que pide para Gelocatil.

¡Hagan sus apuestas!

Yo, elijo la vida.

domingo, agosto 03, 2008

Los blogs no son para el verano

En clara sintonía con la situación económica, este blog entró en una desaceleración acelerada hasta llegar a la crisis. Ahora está al borde de la recesión. ¿Los culpables? La crisis financiera internacional originada por la hipotecas subprime estadounidenses, la subida de los precios del petróleo y los alimentos, y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria patria. Además, claro está, de la vagancia estival y mi trabajo veraniego en 
un prestigioso diario económico que me deja poco tiempo para fantasear.

Pero hoy voy hablar de estatuas. Durante una época, hace unos años, al ínclito alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, le dio por llenar la ciudad de estatuas. Gabino es famoso por su excentricidades y por cierta megalomanía, aún así, este pepero que algunos han calificado como “el Gil del norte”, lleva varias legislaturas siendo el alcalde más votado de España. Así que la heroica ciudad se lleno de esos nuevos habitantes metálicos: hubo una Gorda de Botero, un torso de un torero cuya razón nadie entendió en una ciudad tan despreocupada por el toreo, la cabecera de una manifestación que el Ayuntamiento prefirió titular La Concordia, una especie de joven de la Ilustración plantada enfrente del Teatro Campoamor, y así hasta el infinito. Los visitantes se mostraban sorprendidos del derroche estatuario de nuestro querido Oviedín.

Si Gallardón fuera Gabino estaría feliz, porque en Madrid últimamente proliferan las estatuas casi tanto como las putas. Me refiero, esta vez, a las estatuas humanas que copan las calles del centro. Está esa tan graciosa de un hombre que camina contra el viento que le revuelve el pelo y le rompe el paraguas, que después de tantos años comienza a aburrir, y tambien el vaquero y el soldado que hacen movimiento robóticos y ruiditos cachondos. Luego están esas tipas que deben ser actrices en paro y que se disfrazan de estatuas románticas, hadas, ángeles, cosas así de profundas y étereas. Está el tipo listo que va de vaquero que duerme la siesta y que, por consiguiente, trabaja cómodamente tumbado. En la Plaza Mayor se encuentran algunos que dan mal rollo. Una especie de verdugo todo de negro que yo creo que en vez de una persona esconde dentro un andamiaje que los sostiene, y que el artista solo viene a última hora a recogir las colaboraciones ciudadanas. Y luego hay esos que están como cubiertos de barro que también dan un poco de mal cuerpo. Y el viejo superintruso profesional, en una de las bocacalles que da a Sol, que hace de banderillero a punto de clavar las banderillas y al que más bien apetece darle una palmada en la espalda y un euro para que se vaya a tomar un chato de vino a la oscura taberna de la que nunca debió salir.

Cuando aparecen en los medios estas estatuas humanas dicen que son artistas. Que eso es un arte. Bueno, vale, venga, ahora todo es arte y, como dije un par de post atrás, los pedos son poesía. Lo que si está bien es como curro veraniego, es lo que me gustaría hacer a mí, y lo bordaría. Estar bien quietecito y cuanto menos hagas, mejor.