domingo, abril 09, 2006

Primavera, Oviedo

Paseo con mamá a media mañana de un domingo lluvioso y gris de abril: Oviedo. Calles desiertas y aceras húmedas nos conducen al mercadillo de El Fontán, en el camino mamá trata de buscar a conocidos en tumultuosos bares dominicales llenos de ovetenses domingueros, me quejo, me niego, no quiero ser más un testigo mudo de la vida social de mi madre, un títere que enseñar (mi hijo escribe, mi hijo estudia astrofísica en madrid, éste es mi hijo), en los puestos de libros de viejo compro un ejemplar por 2 euros, un pequeño libro de segunda mano negro y amarillo (editorial El Acantilado) de una joven barcelonesa que escribe como me gusta a mi, luego comemos en la pizzería de la callejuela cerca de la Catedral (La Taormina), un lugar pequeño y acogedor, yo tomo spaguetti con gambas y pizza Hawaii pero sin piña -es decir, pizza de jamón de york- y de postre me apetece la hija de la dueña, esa camarera joven de mirada tímida, cintura breve y piel de mazapan, pero la mujer me ofrece una tarta de limón que rechazo con la displicencia con la que rechazo todo tipo de segundos premios y consolaciones. Después mamá y yo cogemos una peli de Woody Allen del penoso videoclub de al lado de casa y bajo la lluvia mamá me cuenta que de niña, en el colegio, trató de escribir una novela que comenzaba así: "era una tarde de domingo ventoso y nos aburríamos como osos", pero una monja descubrió sus planes y la reprendió fuertemente, a ella le dio la risa y estábamos bajo la lluvia y la tarde fue osezna aunque lo que descubrí anoche con mis ojos de exiliado en los bares de siempre es que Oviedo está lleno de cerdas como nunca, ya lo dijo el otro: es una porqueriza.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

"...esa camarera joven de mirada tímida, cintura breve y piel de mazapan" Si es que la lírica es lo tuyo.
Disfruta de estos tiempos en los que El Almendro vuelve a casa por Semana Santa... y a ver si nos vemos prontito, que empiezo a echar de menos a la toxipandi.

ALOMA69 dijo...

Pasas de un extremo a otro sin compasión.

ALOMA69 dijo...

Tal vez me ha quedado muy radical el comentario, me refería a que pasas del romanticismo a la crítica mordaz.
Ahí está tu encanto a la hora de escribir.

Anónimo dijo...

Asturias, aquellos veranos de mi infancia y adolescencia, quien tuviera la voz bella de una sirena para cantarte a pleno pulmón:
tengo de subir al árbol, tengo de coyer la flor, y da-yla a la mio morena, que la ponga nel balcón.

Segundos después recordé:
...una vez en el colegio fui al baño con mi hermano, la monja me sacó de los pelos, mentes enfermas.
Vivan las cerdas, que sería del mundo sin ellas!!!

lidia dijo...

Supongo que se refiere a las cerdas de los cepillos de dientes, es bien conocido Oviedo por sus fábricas...

Art_Alegoría dijo...

lo has descrito muy bien...


Por cierto, dejaste un inteligente comment en el blog de aloma

sobre los perdedores


Interesante reflexión


un cordial saludo


art_alegoria

Rafafans ~ RAFA F. dijo...

las monjas siempre jodiendo...

Txe Peligro dijo...

hola hola todo, aquí el Autor. Vaya vaya, que interesante paraíso de reflexiones: las monjas, las cerdas, pasar de un sitio a otro, en fin, en este blog la estrella es usted (y mi madre).
Un beso y gracias!