Y precisamente es en su inutilidad donde radica su belleza: se trataba sin ninguna duda de encomendar mi existencia a saberes absurdos y hábitos tóxicos, analizar la radiación obtenida por un telescopio de rayos x orbitando alrededor de la tierra procedente de galaxias que chocan a años luz de distancia y que para nada nos afectan, hilvanar historias contadas mil veces de mil bocas a mil oídos cambiado solo las palabras o las intenciones, perderme en noches laberínticas de luces y humo creyendo que en el límite estaba la respuesta esperando dormida; recuerdo de adolescente imaginando vivir en una casa como ésta, con grietas en los muros –siempre el temor a desplomarse en cualquier momento-, música independiente y una pared pintada de rojo y la subversión que significó robar el primer libro de mi muy robada biblioteca y que luego ni siquiera me gustó, el deseo de contar con una interminable lista de amantes y una nutrida colección de discos indispensables según las mejores revistas, poner mi cama a ras de suelo, ser golpeado por un policía mientras cortaba el Paseo del Prado en una protesta idealista y no comer carne, entender, en fin, la vida como una sucia novela o una sucesión de fotogramas y luego contarlo –yo fui hijo único-, tener la cabeza llena de pajaritos punks.
Crecer es rezar un rosario de desencantos y nunca uno imagina cuantas veces puede llegar a perder la inocencia y cuanta aún le queda escondida donde no la puede ver –parece el único bien inagotable. La madurez es un mito inventado por la juventud para justificar cierto respeto por sus mayores o para diferenciarse del otro arguyendo una mayor evolución La intensidad es exclusiva de los primeros momentos y luego decae exponencialmente cuando todo se torna repetición y hastío, hasta lo más excitante hasta lo más más. Tal vez el error fuera albergar unas ambiciones demasiado vertiginosas: a los veintiocho dicen que desaparecen las ganas de salir –aunque está de sobra comprobado que esto es falso-, las mujeres fantasean con tener un hijo –o lo tienen- y el otro día Keith Richards volvió a amenazar con palmarla mientras Johnny Rotten participa en reality shows allá, en Inglaterra.
miércoles, mayo 10, 2006
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9 comentarios:
crecer y ser un inutil.....
adoro a los inútiles porq la unitilidad es lo único q da un servicio
y nunca falla
crecer es tomar decisiones
madurar es una invención. No es algo real.
crece como puedas, pero no pierdas la visión
ni la mirada
P.D. la más famosa de todas las nínfulas literarias no fue Lo-li-ta, sino Marguerite Duras
Lolita una nínfula? lo dirás por sarandonga, no?
Te marcó el ser hijo único?
Yo fui hija única durante diez años y medio y no disfruté de mi hermana hasta mucho tiempo después..,pongamos que fui hija única durante aproximadamente unos 26 años...
Me influyó en algún sentido: nunca tuve problemas de convivencia o al compartir, eso lo he comprobado en los últimos años en lo que he vivido en pisos compartidos con decenas de personas.
Pero si me dejó ciertos delirios de grandeza. Me educaron para ser un hombre de pro, como se decía entonces.
todos tenemos delirios de grandeza.. es la educación de nuestra generación (excusa) o es porq somos unos putos gilipollas.
tener un hermano no es eso...
se nota q no has tenido porq no sabes lo q valorar en él
yo a mí hermana la quiero con locura y he tenido un webo de problemas de convivencia con ella.
q borracha estoy! (comentario q no pintanada)
Estimado Txe, me identifico con usted en todo el texto. También soy hijo único y siempre imaginé vivir novelas como las tuyas.
Sensacional agrupación de palabras. Como siempre.
Un abrazo.
Ya te llegó el miedo a envejecer? Bienvenido al mundo de las cremas hidratantes, para empezar deja esa pose de maldito si no quieres acabar como Ramoncín
http://barrapunto.com/article.pl?sid=06/05/02/0850248&mode=thread
menudas fantasías punks...me agrada la idea...yo tuve una juventud con pocos cambios de imagen y últimamente me vienen en mente ideas tales como teñirme de rosa, a estas alturas creo que me tendré que contentar con la fantasía de una media melena rosa chiclé...
Supongo que la clave está en saber evolucionar...pero, ¿todos lo hacemos a la par?
Saludos.
hola hola hola, pues gracias por sus comentarios: no envejezcan mucho, compren Botox, tiñanse el pelo de rosa (incluso el púbico) y coman arroz con bakalao. Seremos como Marujita Díaz.
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