martes, diciembre 05, 2006

No me eche de menos

No me eche de menos, aquí el tiempo va pasando en las ventanas. ¿Sabe? coloqué un molinillo en el balcón. Es bonito, como una flor alegre y excesiva. Cada pétalo es de un color chillón. Se lo compré un domingo a una gitana vieja en el mercadillo. Pero es mejor que una flor, no tengo que regarlo ni darle ningún cuidado. Pasan los meses y sigue teniendo el mismo aspecto, no se marchita ni nada. Me hace compañía y no tengo sacarlo a pasear como a un perro. Es tan indiferente como un gato, y además no araña el sofá. Es también mejor que la tele, no idiotiza: lo miro y me hace pensar. En los días de viento gira veloz y toda la acuarela se funde en blanco; salgo al balcón y miro la calle, al lado de mi molinillo, el viento también revuelve mi pelo. Abajo la gente pasa, por las noches son pandillas que caminan erráticas dando gritos alegres, cantando, con botellas en la mano que alzan al cielo, celebrando. Pero yo me quedo en casa por las noches: enciendo las lámparas pequeñas y el salón se inunda de penumbra amarilla. Al menos los que pasan por la calle deben ver eso: las ventanas, la penumbra amarilla y el molinillo girando en la barandilla del balcón, chirriando levemente -creo que soy yo el único lo oye, tengo que ponerle aceite un día de estos, para que no chirríe. De vez en cuando Antonio pasa por aquí. Suena el timbre y yo me asomo al balcón, a ver quien llama. Él me saluda desde abajo con una bolsa de plástico en la mano. Trae vino y bebemos toda la noche. Me cuenta como le va con Laura. Me dicen que discuten, que no puede ser.
- No te preocupes. Ya pasará - le digo yo.
Él dice que no, que no las tiene todas contigo. Está preocupado. También me dice que yo debería salir más, que no puedo estar aquí todo el tiempo.
- No será para tanto - le digo fingiendo una sonrisa y rellenando su vaso de vino.
- Pues deberías comprarte un animal de compañía o algo -dice él.
- ¿Para qué? Tendría que darle muchos cuidados. Mira, tengo un molinillo -y señalo al balcón- No tengo ni que pasearle. Solo ponerle un poco de grasa.

Además no es cierto que no salga nunca. Voy al mercado a comprar carne y verduras. Me cae bien la gente del mercado, siempre están contentos y hablan mucho. He aprendido nuevas recetas. Cocinar no es tan difícil, el mecanismo es siempre el mismo. Me salen cosas ricas, lo único que no me gusta es que se invierte demasiado tiempo en preparar algo que luego me como en un momento. Tengo tiempo, de todas formas, eso me sobra. Y es que yo como muy rápido, siempre me lo dice mi hermana. Cuando hablamos por teléfono prometo invitarla a cenar alguno de los nuevos platos que he aprendido a cocinar. Pero luego nunca me acuerdo. Está bien mi hermana, acaba de sacar unas oposiciones para profesora de secundaria. No sé si podrá con los chavales, a esas edades son tan rebeldes y ella tiene tan poco carácter que se la van a comer. Además dice que ahora quiere tener un niño, le ha dado fuerte. Ya lo estoy viendo: empezará a trabajar y enseguida tendrá que pedir la baja por maternidad. Tal vez yo debería tener hijos, al menos para dejar constancia de mi paso por aquí, ya me estoy haciendo mayor. No me lo imagino, los niños son tan ruidosos y esta casa parece sumergida en un silencio perfecto (excepto por el chirrido del molinillo, tengo que engrasarlo). De todas maneras no tengo con quien criarlos, así que da igual. A ver si la veo un día de estos, a mi hermana. Podríamos ir a pasear por el parque. Yo a veces lo hago cuando en días soleados, pero también si está nublado y feo. Me siento en un banco y leo durante unas horas. Cuando el sol se hunde me acerco al mirador y ahí está la ciudad oscurecida y el cielo morado y luego naranja y las nubes teñidas de estos colores. Y mientras el sol se esconde lentamente yo busco formas en las nubes, aunque es mentira que sea fácil encontrarlas. Yo hace tiempo que no veo una cara o un dragón en una nube. No sé, quizá sea el cambio climático, hace que ocurran cosas raras en el cielo. O tal vez que mis ojos ya no están para estas cosas, tengo los ojos viejos y la inocencia rota. Cuando ya está todo oscuro y las farolas encendidas vuelvo a casa y me siento en el sofá después de comer algo y me miro las manos y canturreo algo. El cristal de la ventana me devuelve el reflejo de mi cara y pruebo a sonreír. Lo único que cambia en mi gesto es la boca, los ojos se quedan lo mismo, la mirada permanece igual, solo sonríe mi boca. Quisiera sonreír de otra manera. Me gustaría ser honesto con mi sonrisa. Sonrío como quien sale en una foto.

Algunas noches, ¿sabe?, las paso pensando en usted. Pienso: ¿qué tal le irá? ¿donde estará ahora? Pero no se preocupe, no me eche de menos, como ve todo va bien por aquí. Tal vez un día me asome al balcón y la vea caminando por mi calle. Si usted algún día pasa por aquí y decide mirar hacia arriba y no me encuentra asomado al menos podrá ver el molinillo que tengo ahí colocado, es bonito como una flor alegre y excesiva, puede que ya lo haya engrasado, estoy seguro de que le gustará. Tal vez en ese momento yo también lo esté mirando desde dentro, oculto en la luz amarilla, sentado en el sofá, así que no se preocupe, no me eche de menos, como ve todo va bien por aquí.

31 comentarios:

Bea dijo...

¿Por qué siempre nos empeñamos en decir que todo va bien y hacérselo ver a los demás cuando sabemos de sobra que hay algo que nos hace sentir regular/mal/peor?
Me gusta el molinillo, pero debería probar a sacarlo por el parque. Le vendrá bien (a los dos)
Saludos

Batiscafo dijo...

la vida es como caerse de un piso cuarenta, sabes q te vas a caer pero mientras no te estrellas... todo va bien (o al menos eso dicen en la haine)

P.D. a mí tb me gusta el king Cole (viste "deseando amar" de wong kar wai?) y bing crosby... pero el otro día ya escuché a Mariah carey por la calle y me subió un escalorfío.

. dijo...

Yo he sentido que sí puede ir bien… que puede tener sentido…
Sosiego y mutua correspondencia siempre que le engrase un poquito...
Desde ahora los miraré en estas terrazas o aquellos balcones, incansables, inagotables mascotas…
Un saludo.

Anónimo dijo...

En su perfil dice que es usted un hombre de 26 años y, sin embargo, a mí me da la impresión de estar leyendo a una mujer de 40 a la que el reloj biológico le está marcando los minutos demasiado rápido. ¿Lo ha escrito usted? El estilo es totalmente distinto al de entradas anteriores. Se diría que lo ha escrito su hermana.
En cualquier caso, no tema. No se adelante a los acontecimientos.
Su soledad está muy concurrida y
la tristeza o la desidia que destilan sus escritos estos días, también será pasajera.
Por cierto: jugar a imaginar qué pasa detrás de los balcones es mi juego favorito, pero...
¿Cree usted que si se pasa uno la vida imaginando está, en realidad, perdiendo el tiempo que debería dedicar a vivir? ¿Le parece peligroso fabular?

Anónimo dijo...

Esos días de melancolía, no los alargues.
Prueba a ver también el molinillo desde la calle y si coincide que pasa por allí,le indicas el balcón y quizá sonrías abiertamente...
Un beso, Txe

PD: por su comentario en mi blog, debo llamarle de usted? No me cuesta nada cambiarlo.

Txe Peligro dijo...

lo cierto es que si han notado un cambio en el estilo se puede deber a dos razones:
-el persona del escrito no soy yo,
señores.
-es un texto viejuno, de hace unos tres años

en fin, saludos y gracias.

Anónimo dijo...

Su capacidad para hacernos ver por sus ojos es asomonbrosa.
Y más cuando describe cuadros familiares ("yo me quedo en casa por las noches: enciendo las lámparas pequeñas y el salón se inunda de penumbra amarilla").

Anónimo dijo...

asombrosa, quería decir

Gato negro dijo...

No hay que descuidarse nunca, porque puede que el futuro de muchos se encuentre como el del hombrecillo de este texto. Decía un conocido ubetense que los que leen tienen mucho ganado para no transformarse en conversos de vida arrastrada y mirada perdida, pero bueno...eso es harina de otro costal.

GATO NEGRO

ALOMA69 dijo...

Es curioso, yo siempre miro con melancolía, las ventanas de la gente que conozco, cuando paso ante ellas por casualidad...y pienso, estará en casa? qué hará en estos momentos? Incluso personas con las que hace siglos que no me relaciono y todavía me coge un punto más fuerte cuando he pasado alguna vez por antiuos pisos en los que viví, me parece como si de nuevo pudiese acceder a ellos...

Saludos, Txe!

Carla de La lá dijo...

Querdo amiguito-guapisimito-txe:
Usted es muy feliz, y lo sabe, y disfruta del amor más que su molinillo del viento.

anilibis dijo...

Yo antes vivía en la Calle Valverde, y tenía un balcón, y un molinillo de esos en forma de flor multicolor, y a menudo nos sentábamos los dos en el balcón a mirar pasar a la gente por debajo, indiferentes a los sueños rotos que se fraguaban sobre sus cabezas.
Maravilloso relato de una tarde. En serio. Casi como las mías.

simalme dijo...

¿Quién es el autor?. ¿Quién el responsable del nuevo estilo?. Sea quien sea, toda mi admiración. Impresionante. Calidad inmensa para un blog, ¿no?

Anónimo dijo...

Ternura, mucha ternura me da este lugar...te abrazo fuerte.

Kactus dijo...

Me gusta el molinillo como animal de compañia, el otro día estaba pensando en comprarme uno. Tb funciona contra las palomas,...

Amaranta dijo...

Cambio mi tarde de prisas, de sonidos insistentes de móvil, mi falta de tiempo para todo y para todos...por tu ventana, tu molinillo, tu balcón y tu banco del parque...cambio esa melancolía por mi angustia, hoy podría mejor con ella.
Bonito relato,
Un abrazo Amaranta

Gubia dijo...

Me gusta la idea del molinillo, es genial, tendríamos que ponerlo de moda. Si se ponen de moda los papa noeles horrorosos en las ventanas, por qué no se van a poner los molinillos, llenos de color y alegría?
Mucha melancolía en tus palabras y mucha verdad. Llama a tu hermana un día de invierno soleado pasea por el parque y comparte uno de tus platos...dara luz y energía a tu molinillo interno. Un abrazo.

Gubia dijo...

Leo los comentarios y veo el guiño que haces, ya me parecía un cambio radical en poco tiempo. Aun así, lo de el molinillo es buena idea.

la clé dijo...

como siempre:
no me eche de menos... (texto)... no me eche de menos. y 6 molinillos de propina.
no envidio a esa persona sobre la que escribes, aunque tenga todo el tiempo del mundo, aunque sea un tipo tierno y paciente. le falta sangre. o le sobra vida.

eme dijo...

en el paseo de rosales, en madrid, en la calle rey francisco, hay un edificio con molinillos en todas las ventans.
besos.

eli bennet dijo...

Txe: El otro día compré un molinillo bastante grande y muy colorido de una rana montada en una bicicleta, las ruedas de la bicicleta giran con el viento. Lo compré para la maceta con flores de la ventana de mi hijo de 4 años. Me encantan los molinillos.
Que tal Sevilla, hombre? Muchos molinillos?

Thsbonilla dijo...

Uff! Cuanta melancolía y cuanta tristeza. Soledad. Me ha gsutado mucho. Dices que lo escribiste hace tiempo y sigue siendo muy bueno. Haces en cada uno de tus escritos que nos trasportemos al lugar donde se encuentran los personajes y, sobretodo, consigues que sintamos lo que sienten...Enhorabuena!
Se feliz!
Besazos!

El detective amaestrado dijo...

me recordó lo del molinillo a una propuesta de Roberto Bolaño, que hablaba de tender una cuerda y colocar un libro voluminoso en medio, y ponerse a escribir sobre eso...maestría, supongo...Como la tuya, colega

Anónimo dijo...

ese punto del parque posee un cruce de fuerzas que me deja inestable.
saludos!

Yayo Salva dijo...

Una larga entrada para hablar de la soledad sin desagarro. Soledad buscada, quizás. De "a ratos", acompañada del chirriar del molinillo.
Un cordial saludo.

Andrea González-Villablanca dijo...

HAY VECES QUE ES BUENO SABER QUE NO NOS ECHAN DE MENOS...

BELLÍSIMO POST
ABRAZOS
ANDREA

Anónimo dijo...

hay que ajustar los engranajes del tiempo.
muy buen texto!
Saludos

Trapi dijo...

Me gustó, señor Txe, me gustó.

illeR dijo...

Yo tambien tengo un molinillo en la ventana. Me ayuda a decidir cuando el tiempo es demasiado desapacible para salir y es mejor quedarse en la mesa, arrimada al braserillo, escuchando música y el ruido del molino entre canción y canción.........

Por cierto que el texto es precioso. Doy por hecho que eres el autor, por lo menos el tú de hace tres años :P Y como hermana que soy digo.... ¡¡¡¡¡¡INVITA A CENAR A LA TUYA!!!!! Con lo que nos gusta a nosotras estas cosas, ainnn, esto hermanos siempre igual............

Txe Peligro dijo...

vaya, ustedes se hacen un lío:

soy el AUTOR, pero no el NARRADOR. Vamos, que yo no tengo hermana, ni molinillo, ni lámparas pequeñas en el salón no nadie que no me eche de menos.

Anyway, muchas gracias a todos. Ha sido bonito volver del puente y ver todos sus cometarios.

Saludos.

la cubana dijo...

pues yo tenía un molinillo que no daba vueltas...entonces qué?

Coleridge