martes, diciembre 12, 2006

Zevilla. Puente. Ozú.

Lo primero que sorprende al incauto viajero que emprende viaje hacia tierras andaluzas es el precio del billete de ida y vuelta, tan solo 30 euros, cuando en los viajes a tierras norteñas puede llegar hasta los 50. Todo cobra sentido cuando uno se encuentra montado en un Socibus de color rosa que parece descuajaringarse en cada bache y que tiene una parada a mitad de trayecto en un lugar perdido llamado Guarromán, sobre el que evitaré hacer chistes fáciles. El puente de diciembre estaba construido sobre dos pilares inexistentes, o al menos metafísicos, a saber: uno, la posibilidad de que una mujer se quede encinta –del hijo de Dios (!)- sin haber practicado el acto sexual y otro, la sacrosanta Constitución Española. Y sobre este puente flotante en el vacío nos escapamos en tropel a Sevilla ocho madrileños de adopción que formamos un comando, pues, aunque no amamos ni a la Virgen ni a las Leyes, sí que amamos el disloque, el easy living y las manifestaciones culturales, festivas y gastronómicas de cada rincón de la piel de toro. En el autobús nos comimos dieciocho bocatas.

Sevilla tiene un color especial, como las paredes naranjas del diáfano salón de Rafita, excompañero de piso y amigo que acogió en su hogar al grueso del grupo. Los otros se hospedaron en las dos casas de Virginia, amiga y excompañera de piso, a la que pillamos en mitad de un traslado de un pequeño piso moderno y luminoso a una casita con dos plantas y jardín, en la que el último día celebramos una de esas fiestas matinales que tan bien se nos dan, acompañados de nativos de dudosa procedencia, que acabó en doble desastre, primero con la vecina que rozó el delirio con sus quejas a un impertérrito Guillermo que aguantó el chaparrón por todos nosotros, en plan Jesucristo, y más tarde con el anterior inquilino de la casa –y también amigo- que volvió por sorpresa y encontró a una pareja desnuda en el salón (a la que le arrebató la manta que les tapaba) y toda la basura que se produce en este tipo de reuniones cubriéndolo todo, y que llegó finalmente, en un ataque de ira, a intentar agredir a la nueva inquilina, Virginia, que tras éstos incidentes decidió llamar a la casera –madre del exinquilino a la sazón- y renunciar a ocupar la casa, que, por otra parte, era estupenda. Una lástima.

Pero dejemos los detalles sórdidos y vayamos a lo que importa: el sano compañerismo que desplegamos por las serpenteantes calles de Sevilla, que recorrimos incansables como hacendosas hormigas, el trazado laberíntico de la ciudad, los callejones tortuosos de la zona vieja –algunos tan estrechos como el pasillo de mi casa, otros ciegos, sin salida, otros con un bakala al fondo- que alivian del calor en verano y son herencia de la época árabe y judía -aunque hoy en día están plagados de imágenes cristianas por doquier-, la religiosidad de los sevillanos, el mercadillo de chatarra cercano a la Alameda y el yonqui esquizofrénico tratando de vender un traje de novia, el desvarío estético de los señoritos sevillanos de clase alta acudiendo a una boda, las toneladas de tapas y vinos que degustamos en numerosas tascas y terrazas –con mención especial a esa Bola Picante traída del mundo de la fantasía-, y los múltiples lugares de los-que-hay-que-ver que visitamos como buenos turistas: la giralda, la torre del oro, el parque de Maria Luisa, y la Plaza de España, donde cada uno se fotografió delante de los azulejos que allí hay representando a cada región española. También nos dedicamos, como digo, al ocio nocturno y a nuestras peculiares eucaristías, y el viernes nos embarcamos en la ardua empresa de ir a ver pinchar a James Holden –el niño prodigio de la electrónica de hoy en día- a una discoteca periférica de la ciudad, todo un viaje psiconaútico y danzístico que desembocó en la fiesta matutina antes mencionada y que nos llenó a todos y cada uno de nosotros de gozo y zozobra sensual.

La vuelta, que se alargó más de lo esperado por el atasco de la Operación Retorno, pero que pasé agradablemente leyendo los suplementos dominicales de los periódicos, nos sorprendió con la profunda pena por la muerte de Lauren Postigo, que siempre me había caído bien por su melena leonina y su evidente bondad, pero sobretodo por la boda zulú que celebró hace unos años y que me produjo una mezcla de hilaridad y admiración –aquel tanga- y la alegría por la muerte del general Pinochet – a pesar que se escaqueó de ser juzgado un fascista cadáver siempre le alegra a uno la jornada-, que daba mucho miedo sobre todo cuando llevaba gafas de sol y bigote y que con la ayuda de la CIA y el secretario Kissinger –responsable de todos los desastres latinoamericanos y todavía activo en la sombra- masacró a miles de chilenos y acabó con el que fue, probablemente, el proyecto socialista más prometedor de entre todos los que se ensayaron en aquel castigado continente. Ya saben, socialismo o barbarie.

Salud.

23 comentarios:

eli bennet dijo...

Hola Txe: veo que disfrutaste el viajecito, bien hecho. Cuando estuve en Sevilla subí a la Giralda embarazada,mi Dios!! esas rampas no acababan más...
Lo que me llamó la atención fue la cantidad de arboles de naranjas en las calles,pensé:...acá nadie puede morir de hambre, por lo menos no de falta de vitamina C...pero no, me dijeron que esas naranjas son incomibles de tan amargas: una injusticia...
Hablando de injusticia...con lo de Pinochet, aunque murió impune,no importa,debe estar en el peor lugar imaginable. Brindo por eso!!

Anónimo dijo...

Esos naranjos se emplean para hacer mermelada de naranja amarga y dar olor a la ciudad cuando en primavera estalla el azahar.

simalme dijo...

Soy madrileña, pero vivo en Sevilla desde hace 15 años. ¿No has hablado de las obras?, es casi imposible... El resto, totalmente de acuerdo, señoritos con patillas de Curro Jiménez, cadáveres fascistas que le dejan a uno un sabor agridulce, (como el cerdo), de no haberle juzgado... En fin, me alegro de leerte, y saber que has estado cerquita. La próxima avisa y te enseño las mejores tascas.

Kactus dijo...

vaya, veo que te lo pasaste muy bien por el puente,...sevilla tiene un color especial!
espero ir pronto por allí tb!

Anónimo dijo...

se nota que te la has pasado muy bien, y como no hacerlo es una ciudad tan bella como Sevilla!!
con respecto al final de la historia, concuerdo muchisimo con vos, y debo agregar que además de todo, es muy endiablado se encargó de dividir a un pueblo entre los que festejan y los que lloran su muerte. Es terrible que el pueblo tenga esas diferencias sobre su pasado que no puedan unirse todos juntos.

saluditos!

ALOMA69 dijo...

Buena narración del puente que acaba de cruzar; no ha perdido el tiempo y es de agradecer que no haya pasado estas fiestas en grandes superfícies comerciales, consumiendo compulsivamente...

Un saludo, entran ganas de ir a Sevilla!!!

andrés dijo...

si, es un lugar exótico y pintoresco, con arraigadas costumbres ancestrales y cierta uniformación general. Pero algunas cosillas si que hecho de menos de allí, de los veintipico breves añitos que pasé por es paradójica ciudad. (lagrimilla)

salud!

Anónimo dijo...

buen viajecito, valia la pena tomarse un escape en estos dias de fin de año y presupuestos!
saludos!

Anónimo dijo...

"que volvió por sorpresa y encontró a una pareja desnuda en el salón (a la que le arrebató la manta que les tapaba)" jajajajaja me encantan estas situaciones (bueno, siempre y cuando no se es el protagonista,claro) :D
Yo me iría al sur aunque solo fuera por las tapas, eso si que es vidorra!
saludos txe!

illeR dijo...

A todos los que les hayan entrado ganas de venir a Sevilla, que acepten un consejo..........No vengais, por lo menos hasta que acaben las obras, ahora mismo es imposible moverse

. dijo...

En esas me encuentro... encontrandole el sentido a algunos incomensurables sinsentidos que tú apreciaste en el por ejemplo Socibus de color rosa a punto de descuajaringarse... son tantos...
¡Buen recorrido!
Un saludo

Maria dijo...

tio, Andalucía no es así del todo, que parece que solo estemos de fiesta.

asi que me quedo en el último párrafo, con el que estoy COMPLETAMENTE deacuerdo. (ese tanga!!!!)

Batiscafo dijo...

la muerte es un regalo para tamaño cabrón
un biquiño

George Hazard dijo...

Sevilla... yo tuve la genial ocurrencia de visitarla en agosto, 45º a la sombra. No sé si vi la Giralda o si me derritió. Finalmente pasamos la tarde en un cutre-bar pero con aire acondicionado, lo cual fue todo un lujo.

Gubia dijo...

A eso le llamo yo aprovechar un puente, me alegro porque tenía buena pinta.

Anónimo dijo...

Sin duda lo pasaron bien en Sevilla. Para mi lo mejor son sus gentes, que salaos, nunca te aburres con ellos, tienen unas ocurrencias! Y claro, el contraste es aún mayor si vienes de tierras catalanas más dadas al humor del tipo "inglés"... que secos que somos los catalanes!

nancicomansi dijo...

A mí, srá por ser catalana, me "carga" un poquito ese humor tan ddesaforadot y pinturero, la verdad...pero tengo pendiente un viaje al sur...
Oye, lo de Lauren, no sabía, me dejas de pasta de boniato!
a mi me provocaba cierta ternura, con ese estrojo amarillo que tenía por cabello...pobre...

Carla de La lá dijo...

Yo antes era xenófoba de andaluces, pero ya no.
PD: A mí me encanta reirme de Guarromán.

CaZaDoRa De SueÑoS dijo...

Es que paran en Guarroman porque se come muy bien, y porque pagan al conductor, tambien hay que decirlo xD
Que alegria de viaje y por cierto... murio sin ser juzgado pero ya le tocaba, ademas el dia exacto, el dia internacional de los Derechos Humanos...(y el del cumple de su mujer, pa que se joda toa la familia)

Valeria dijo...

"...el desvarío estético de los señoritos sevillanos..."
jajaja, conozco algunos, que como se ponen "pa ir de boa". Que arte!

la luna quebrada dijo...

ya me gustaría caminar por las calles de sevilla con ese olor a naranza y azahar.

Bea dijo...

No sé por qué todos los del norte dicen ese tipo de cosas del Socibus... si tampoco es pa tanto! (va con ironía)
Sevilla no está mal, pero si se quieren unas tapas en condiciones, Granada es la ciudad y el ambiente es más tranquilote que en Hispalis.
Vaya mal rollo con los compis de piso...
Me alegro de que lo pasaran bien
Saludos!

Absurdo Rutinario dijo...

"Peaso viaje te has metido entre pecho y espalda" Txe. Que suerte tienes. Menuda fiesta os tuvisteis que montar. Que juventud mas bien aprovechada.