domingo, junio 24, 2007

Polillas

El bibliófilo empedernido entiende que no hay nada en la ancha faz de la tierra comparable a la literatura, ni siquiera la compañía amable de una mujer hermosa que pose su mano pálida en su mejilla cada noche, ni siquiera eso. Así que, en vez de coleccionar siluetas de mujer ronroneantes tendidas a su lado en la cama, bañadas en la penumbra, colecciona libros que almacena en estanterías por todas las paredes de su casa, del techo al suelo, de extremo a extremo, también en las esquinas, en el suelo, sobre las mesas.

Una tarde el bibliófilo empedernido descubre con gran disgusto polillas en su biblioteca –que viene a ser lo mismo que su casa-, insectos del orden psocópteros, según lee en la enciclopedia, que a veces invaden las bibliotecas apolillando los volúmenes encuadernados, en busca de los hongos que crecen sobre la cola.

Esa noche el bibliófilo empedernido va al bar a beber, tratando de olvidar el problema de las polillas. Allí siempre le ocurre lo mismo: es tal su atractivo, es tal la atracción que producen la indiferencia y el rechazo, que todas las mujeres tratan de trabar conversación con él y de llevárselo a la cama al final de la noche. Hoy hay una especialmente insistente, es hermosa y tiene unos grandes ojos verdeamarillos, los parroquianos del bar no le quitan los ojos de encima a sus movimientos felinos. El bibliófilo empedernido, ya desesperado, le pide por favor que le deje en paz, que ya tiene bastante con lo suyo.

Cuando cierran el bar, el bibliófilo empedernido se encuentra, en el camino de vuelta, a un simpático gatito perdido en un callejón. Le hace gracia y decide recogerlo. Al llegar a casa el gatito salta de sus brazos y antes de tocar el suelo sufre una alucinante metamorfosis que le transforma en la mujer que antes, en el bar, trató de ligar con él durante horas. Una mujer-gato. El bibliófilo empedernido le muestra a la mujer-gato el camino a la habitación, abre la cama y mientras se quita los pantalones piensa resignado, bueno, tal vez mañana se desayune a las polillas.

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Un cuento amable, ¡bien! Me ha gustado. ¿Ficción o no ficción?

Un beso, Miriam G.

Dama Atómica dijo...

ES divertido buscar el lado más positivo o en su defecto, el más práctico a los acontecimientos.

nicoletta dijo...

todo un cumplido viniendo de tan gran eminencia...

Batiscafo dijo...

esto es un sueño que tuviste no...
o el sueño que desearías tener quizás
un beso

Aprendiza de risas dijo...

Ajo, agua... y resina.

¡¡¡A joderse y aguantearse y... a resignarse, pobre bibliófilo, qué resignación, pobrehombre...!!!

jajajajajajajajajaja... buenísimo Txe, buenísimo.

Besos,

Princess Valium dijo...

A ver si, al despertar, la gatita se ensaña con los libros y los deja hechos trizas...¿Sería capaz en bibliófilo de matar por sus ibros?
Un beso

ALOMA69 dijo...

La mujer felina, me gusta!

Un saludo!!!

Anónimo dijo...

que pasa que usaba axe el bibliófilo? o es alguna fantasia tuya?

juan rafael dijo...

Es un sufridor el pobre hombre ,y resignado no digamos, je,je.

giraluna dijo...

.el bibliófilo utiliza a la su amante felina como insecticida. No deja de velar por la integridad de su biblioteca.

muua!

Ale dijo...

menuda paja

Ale dijo...

Yo tenía un amigo que era quesófilo, quesófilo empedernido, le gustaba coleccionar y desgustar toda clase de quesos; tiernos, azules, curados, semicurados,cremosos, viejos, de cabra de oveja, de vaca... y el muy capullo no se le ocurre otra cosa que irse a dysney pop, levantarle la novia a mikey y desayunarsela en su casa, digo en su queso

Beatrix Kidoo dijo...

Yo soy una melómana empedernida, pero eso es menos "chic", supongo... nada tú, cada loco con su tema.

PD: joder, qué hago si me encuentro "el gato"? soy alérgica!!... podría estar perdiendo la solución a todos mis problemas...

BESOSONRISA :)

pcbcarp dijo...

Yo te entiendo. Y en los manuales de restauración, dice muy clarito que antes de meter los libros en la campana de vacío para matar las polillas, hay que probar a echar tres polvos seguidos con una mujer-gata en la biblioteca. Sirve lo mismo y te lo pasas mucho mejor. (ojo: mirando al Norte, por lo menos al empezar)

Anónimo dijo...

exquisito.

Anónimo dijo...

Zzzzzzzzzzzz

Anónimo dijo...

www.dulcearsenico.blogspot.com

sí, el próximo número creo que es sobre Nueva York. Pero en su blog encontrarás toda la info.

Un beso y gracias por pasarte!

இலை Bohemia இலை dijo...

bonito cuento...Me encanta su afición y amor por los libros, pero de vez en cuando no es malo que le de una alegría al cuerpo al margen de su amor a los libros...

Me encantó este pasaje: Así que, en vez de coleccionar siluetas de mujer ronroneantes tendidas a su lado en la cama, bañadas en la penumbra, colecciona libros que almacena en estanterías por todas las paredes de su casa, del techo al suelo, de extremo a extremo, también en las esquinas, en el suelo, sobre las mesas.

Otro Maldito Bastardo dijo...

Ya sabes que una vez me encontré un gato muerto...era negro y estaba curtido como el cuero por la muerte. Luego le intenté convertir en la mujer que me gustaba pero el muy desgraciado estaba demasiado muerto...ni siquiere pude dormir con él a causa del olor. Así que ya no me fío de los gatos y cuando se acerca uno y observo que me está intentando chupar el alma me compro 1 litro de cerveza y envío un mail bomba que le hace olvidar que existo. Este es el sino de los hombres-perro...estar a malas con las mujer-gato. P.d: me ha gustado mucho el del niño violado...

txusman dijo...

ya te digo yo lo que se va va a comer la mujer-gato... jajajaja!!!
yo antes de quitarme los pantalones la pondría guantes...jajajaja!!!
un saludo

Anónimo dijo...

No deja de ser un romántico el bibliófilo, cualquier sacrificio es poco cuando se trata de el oscuro objeto del amor ;)

yo, la reina roja dijo...

Inquietante giro, compañero.

Hada de Luz dijo...

Bibliófilos, polillas y gatas... Buena convinación para un gran cuento.
Me encantó!

Valeria dijo...

Cuando no se está por la labor, despierta la curiosidad...
Se rinde.
Mañana insecticida, sin falta :)

Que bueno, Txe!

Etèria dijo...

:) Estupendo

Anuk dijo...

Seguramente la mujer-gato desayune polillas al día siguiente pero esa misma noche...tendrá un postre especial:
Un empedernido hombre-ratón de biblioteca.
Ñamñamñam Miauuuuuuuu

Abril dijo...

Ese señor no existe... no existe ninguno así.
Pero como relato fantástico, estupendo.
Besitos.

Anónimo dijo...

Verás que empute se coge la mujer-polilla cuando se entere...

Alnitak dijo...

Genial, yo y los gatos no nos llevamos muy bien aunque la gente se empeñe en decirme que me pega tener un gato. Pero está chica me ha caído genial, y muy lista también.

Felicidades como siempre!

Txe Peligro dijo...

no es lista, se deja llevar por sus instintos biológicos. Vamos, digo yo.
Listo era, por ejemplo, Rin Tin Tin. O Lassie. O los Fraguel.