miércoles, agosto 08, 2007

Caños de Meca

Dicen que todo comenzó cuando unos jipis, aprovechando el agua dulce que cae por los acantilados que delimitan las playas para lavarse y beber, y las cuevas que hay en lo bajo de estos acantilados para cobijarse, se instalaron en este lugar por primera vez. Pero eso es solo la leyenda, claro, de la fundación de Los Caños de Meca. Éste es uno de los lugares más hermosos y encantadores que existen. Aquí el sol cae a plomo sobre el mar hasta sumergirse en la línea del horizonte, cada tarde que termina, y el cielo se tiñe de violeta hasta que la esfera de fuego, cada vez más roja, desaparece completamente oculta por el borde del planeta. Y es grato dejarse arrastrar por la vida fácil que transcurre perezosa bajo la luz abrasadora que broncea nuestra piel a mediodía, cuando el sol está en el cenit, ingresar en ese orden de excepción donde al segundero le cuesta conquistar cada fragmento de tiempo a cada hora, abandonar el cuerpo y el alma al rumor insistente y eterno de las olas lamiendo cada cala, al paseo de la tarde por la arena, al tinto de verano que fluye incontrolado de los grifos de los chiringuitos y la Jaima. Aquí casi no hay nada, el pueblo -que no es pueblo sino solo un puñado de casas- se vertebra a lo largo de una única calle o carretera recorrida insistentemente de extremo a extremo por los pocos que allí pasamos una parte del verano -tanto que pronto se reconocen los cuerpos y las caras y se crea una leve fraternidad o confianza- y salpicada por los cinco o seis establecimientos donde uno puede beber o comer pinchos morunos sentado en sillas de mimbre y escuchando la música alegre y pausada que todos los hosteleros eligen aquí para llenar el aire. Y sobretodo El Camaleón, ese camping asilvestrado donde, hace algunos años, todo estaba permitido, y donde acampamos, en compañía de fabricantes de pulseras y colgantes y vendedores de hashís, debajo de la sombra trenzada por miles de ramas de pino y vivimos inmersos en una dulce desidia, a mitad de camino entre la naturaleza y la civilización. En los días más claros se ven los montes marroquíes recortando el horizonte, donde se acaba el mar de nuevo, porque todo se acaba en algún sitio, eso es claro, y esto se acabó ya hasta otro año.

29 comentarios:

Celeste dijo...

He viajado de la mano de tus letras.

Hermoso!

Beso celeste.

giraluna dijo...

pues que se repita el año que viene!

continuará...

la esfera de fuego se oculta por el borde del planeta... qué bonito.

beso casi en portugués.

© Claudia, la chef dijo...

He vuelto a viajar a los Caños con tu post. La verdad es que es un lugar precioso. Guardo gratos recuerdos del mar y la montaña fundidos en un solo cuadro.

Batiscafo dijo...

..Y es fácil dejarse llevar por la vida fácil que transcurre perezosa bajo la luz abrasadora que broncea nuestra piel a mediodía...

qué horror!

LOLA GRACIA dijo...

Qué bien escribes, carajo...me has llevado de la mano hasta el final y te he visto en los caños de Meca...hasta me ha caído el sol a plomo en la cabeza y he olido el hachís de los jipis...Esas descripciones son bárbaras, certeras.

Tu inquilina dijo...

Vaya, suena a paraiso, que suerte poder ver un lugar asi..creo que mi isla te gustaria ;)
un gusto leerte,
Gris

Beatrix Kidoo dijo...

Lo que hacen las vacaciones... seguro que te dicen de quedarte a vivir allí y te da un soponcio..

Disfruta!!!

BESOSONRISA

vaderetrocordero dijo...

Es uno de mis destinos pendientes, mis amigos van casi todos los años. Y mira que a Càdiz capital ya van seis o siete veces que voy, maldita sea. En pleno centro habia hace unos años una pension realmente jipi regentada por el hermano de Pablo Carbonell, Quo Cadis se llamaba. Qué recuerdos!

Absurdo Rutinario dijo...

Dan ganas de acercarse a conocer.
Quien sabe. Otro año. Seguro.

Igrein dijo...

ummm... suena bien... pero para unas vacaciones. Más no.
Vengo de un pueblecito de 3000 habitantes y se me quedaba pequeño. No se yo que haría allí durante todo el año... lo mismo me ponía a vender hachís! Jajajajaja!!!!

Un besote y hasta septiembre!!!

Irantzu dijo...

Qué agradable y que enriquecedor conocer lugares así. :-)

Otro Maldito Bastardo dijo...

Bufff...no sé que decirte. Sólo que me gustaría hacer algo parecido pero con Pitis - Eso sería, cuanto menos, un perfecto desatino -. Besos.

la cónica dijo...

Surf no hicisteis, por lo que parece... Qué bueno cuando dices "Y es grato dejarse arrastrar por la vida fácil..." Eso son vacaciones, parar el tiempo y dejarse bajo el sol, con crema o sin crema, y dejar correr el tinto de verano... qué ganas tengo de llegar a la playita. Será el lunes.

Besos

Ale dijo...

Encantador lo que has escrito. Yo nunca he publicado nada sobre los caños, no se, es como que si lo hiciera lo soltara un poco de mi, y no quiero, (tengo una foto colgada en el lateral de mi blog de ese mar del que hablas pero no le dije a nadie donde estaba)...en invierno es aun mas bonito...

Besos con la maleta hecha, en un par de horas estoy en caños

Alnitak dijo...

Es precioso, me lo apuntaré a ver si puedo pasarme un verano a compartir bares y paseos con la belleza de ese sitio. Sin duda, no habría encontrado mejor forma de describir un lugar... A ver si encuentro ahora vuelvo de vuelta...

E dijo...

rumbo a la región esta misma tarde, curiosas coincidencias aleatorias : )

larga vida a la fiesta de la luna...

Anónimo dijo...

he vuelto txé! pero me he mudado :)

gaia56 dijo...

¡Benditas vacaciones! que sí que se necesitan y si son por esos lares mucho más.
besos.
Por cierto ¿qué fue del tema de la presentación del libro de jóvenes poetas asturianos?

Abril dijo...

Parco en palabras... en lo que a comentarios se refiere (es que no entiendo lo que querías decir).

No conozco Caños de Meca pero yo escribiría un texto así de la playa de Barro (eres asturiano?)

Ciao!

Sandra dijo...

Todo tiene un final...sabias palabras...y bello lugar para pasar las vacaciones...
Saludos.

Expediente X dijo...

Quien no se puede imaginar unas vacaciones así, me pregunto yo.

Txe, un Expediente X llamado Javi.

Miriam G. dijo...

Otro enamorado de Cádiz, eso esta bien. Hace un par de años que no me acerco por Caños de Meca, pero la última vez lo encontré tan desmejorado, tan saturado, tan sucio... volví con un sabor agridulce y el recuerdo de unas ratas enormes, hartas de comer datiles, saltando de palmera en palmera como si fuesen ardillas.


Un beso, Miriam G.

Isabel Sira dijo...

Espero que las nuevas autovías y carreteras no acaben con su encanto. Nunca he estado, pero tu descripción ha superado todas las que hasta ahora me habían hecho. Tengo que ir.

Joyce dijo...

Si además de la poética del texto, todo es como lo pintas, tendré que ir. Debe de ser un sitio perfecto para ir a descansar la mente, que es lo que yo necesito tres o cuatro días al año para reponerme un poco. Me informaré...

Un saludo

hera dijo...

Adhiero a los anteriores comentarios.
escribes y describes con una orgía d eimágenes de los entidos.
habra que ir...habrá que ir....no tres cuatro dias al año....habra que elegirlo y ya....

Dama Atómica dijo...

Hace muuucho tiempo que no voy de vacaciones. Pero leyendo/te ha sido un poco como estar allí.
Saludos

இலை Bohemia இலை dijo...

Me pilla cerca y alguna vez qye otra he ido...

Besos!!!

Pilar M Clares dijo...

Un lugar delicioso, la última vez que fui, a tope. En septiembre, en junio, sus mejores meses, ¿no crees?
Besos

Elena -sin h- dijo...

Me has hecho regresar a casa (porque esa es mi casa...) ahora que estoy lejos. Y es bonito ver que todo aquello se enquista en la piel del que lo ve y no sólo en la mía...