Como no tenemos fin, después de la boda en la que comprobamos como el tiempo se va depositando en el rostro de los buenos amigos, a las seis de la mañana, volvimos a Oviedo en busca de los últimos bares de la noche, o los primeros de la mañana, nuestros preferidos: la Bola, el Xalabam, la Basílica, el Noise, el Malabax. Visitamos Oviedo de pascuas a ramos, por motivos como por ejemplo que nuestros viejos amigos se casen, pero en estos garitos perversos siempre encontramos a la misma gente, amigos y conocidos, ilustres ovetenses aferrados a un tercio de cerveza en la barra, inmersos en la música y la penumbra. Llevan años llenos de amaneceres viniendo a estos bares con la minuciosidad del relojero, exactos y precisos como cirujanos, borrachos. Cambian las décadas y siguen ahí, de cháchara, bailando, pribando. Me doy cuenta de que para gente como ellos, gente como nosotros, salir de noche, de bares, de copas es una forma de vida, algo que, de alguna manera, estructura todo. Es lo que da sentido, lo que llena nuestra memoria, el lugar en el que ocurrieron los hechos más determinantes. La semana, los laborables, el día, es sólo lo que se interpone entre dos salidas nocturnas. Salir es la cosa que más hemos practicado, con más cuidado, con más ahínco y con más tesón: así que salimos de puta madre, somos auténticos expertos, comandos de los bares, soldados de la fiesta, de la conversación, de la música, de la cerveza, de encontrarnos a gente por ahí. Tenemos cierta educación emocional porque hemos sufrido las más terribles resacas, como veteranos de una guerra. Y de la resaca hemos aprendido casi todo, en arduos combates con nuestros cuerpos castigados y nuestros variables estados de ánimo.
No se muy bien qué es lo que buscamos, nadie lo sabe, nadie lo ha visto, algo extraño y luminoso que se encuentra en algún lugar entre la noche y el alba, no se dónde y que, claro está, nunca encontramos. A nosotros nos parece normal vivir así, todos lo hacemos, pero no caemos en la cuenta de que hay otra gente, gente más normal, que sale cenar, a tomarse una copa y que se vuelve a casa a horas prudenciales. Hay incluso gente que nunca sale. Quizás sean ellos los raros.
Tampoco se que va a ser de nosotros, si seguiremos así toda la vida o algún día frenaremos. El tiempo también se va depositando en nuestros rostros, en nuestras barras, en nuestras birras. Nos hacemos más viejos en cada juerga y tal vez deberíamos ir pensando en otra manera de vivir, orientada al sol y no a las brumas del fondo de los bares cuando nacen los días.
16 comentarios:
¿"como puños"?
El único antídoto que conozco para la nocturnidad es trabajar de noche durante años. A mí me funcionó. Empecé a echar de menos el sol, las mañanas de los otros (las mías eran miserables)... Y ahora hago lo mismo (emborracharme, charlar, encontrarme a gente por ahí...) pero de día: Me he convertido en un dominguero. Y las siestas son estupendas.
Brindo por usted.
la luna tiene sus dos mitades,la visible y la que nunca vemos.Es así para todos.Para los más "normales" la noche y sus protagonistas se presenta como un misterio, para los nocturnos la normalidad se presenta como un desafío inentendible.Un saludo grande.
Se suele curar con la edad. Pero no es cierto, lo que dicen los noctámbulos callejeros, amantes de los tugurios y de la desesperanza de los amaneceres con resaca, no es que te vuelves viejo y aburrido, no, es que descubres otros placeres.
¿Qué buscamos? Preguntas, clavando tu pupila en mi pupila…
No lo sé, puede que conjurar la soledad, escondernos en la sombras, esas luces indirectas que nos hacen más atractivos, el aturdimiento del alcohol y el ruido, la falsa camaradería de los colegas borrachos que los pone sentimentales.
¿Qué buscamos? Algo que no tenemos, buscamos ser felices, y no es un frase ñoña.
Ah, Txe, el Paraíso no existe, pero sí que hay pequeños oasis que uno mismo se puede procurar, es cuestión de actitud.
El verano es hortera, o la gente es más hortera en verano, como quieras, pero eso es otro tema.
Que pases un buen verano, Txe, me sigue gustando como escribes, el relato de las nubes lo encuentro un poco flojo para ti.
Pisé esos bares muchas veces, aunque seguro no tantas como tú. Esa sensación familiar de reconocer a todos los que ves, hacer la noche interminable.. Aunque pasen los años, es bueno guardar una noche de ese tipo. En ellas somos capaces de olvidar todo por noche y que bien viene a veces..
Un beso
Deberíamos ir pensando, pero mientras tanto, seguiremos actuando como siempre...
Es curioso, he pasado por aquí muchas veces, visitando no lugares y no cosas, pero nunca me he pronunciado. Será mi Mister Hyde digital, que no es como el analógico...polémico por naturaleza, crítico por vocación. Es él.
pues yo ando buscando eso otro, la playa más o menos funciona pero le falta algo...,y es que mis amigos parece que son normales y salen a tomar una copa, solo una, y yo para una copa no salgo! Ains como echo a faltar que llegue la hora de cerrar y yo ahí con la última y salir a la calle y sorprenderme por que ya se ha hecho de día...otra vez!!!
qué error? el error ese garrafal de un día en que no publicaste?:P
ta chán...
misterio en el título
melancolía en el texto, que se te cuela siempre (tienes otro texto pareccido, Txe, quizá éste fuera el borrador de aquél)
hay señores barbudos melancólicos en esos bares de Oviedo?
"salir de noche, de bares, de copas es una forma de vida,... Es lo que da sentido a todo, lo que llena nuestra memoria, el lugar en el que ocurrieron los hechos más determinantes de nuestras vidas. La semana, los laborables, el día, es sólo lo que se interpone entre dos salidas nocturnas."
uuuuy cuanta militancia !!
no es para tanto, sr txe.
cuando se haga otra vida,
la de señor de dia,
va a seguir buscando esto
pero de otra manera.
(y ya sabe que lo digo desde el amor al after
mas profundo y suicida)
bueno, supongo que también va por rachas, no?
saludotes
;)
Yo intento conjugar el día y la noche, confundo las salidas nocturnas con las diurnas, no sé si he empezado a salir de tarde y se me ha hecho de noche o he salido de noche y me ha alcanzado la tarde. Y trabajando. Supongo que llegará un momento en el que se me agote la pila. Y sí, tengo más arrugas ya.
Llega un día en que no todo es "toda la puta vida igual"
Saludos truhán
He visto gente que ha pasado de un extremo a otro en un mes. Luego siempre me pregunto cuál de los dos era el real. Yo siempre he creído que en esta vida se puede ser todo a la vez, y además ejercerlo con honestidad. Pero para eso hay que valer, claro, no está al alcance de cualquiera.
las juergas no deberia acabarse nunca
http://www.goear.com/listen/d09738d/Alto-el-fuego-Jorge-Drexler
A mí a las 3 me da sueño. Me quito los zapatos y me duermo muchísimo.
Qué profunda se pone la peña por aquí...
Salir de fiesta, siempre. Y hoy es viernes.
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