Al amanecer me levanto sobresaltado, palpo a mi lado y
respiro tranquilo: todavía está ahí, aún no se ha ido. Le doy un besito en la
mejilla a Mario Vargas Llosa mientras aún dormita y me levanto y voy a la
cocina y le preparo el desayuno y se lo llevo a la cama, café y tostadas con
mantequilla y miel, como sé que le gustan a Mario Vargas Llosa, que me espera
con los ojos todavía nubosos y despeinados. Después salimos a pasear, Mario Vargas
Llosa y yo, cogidos de la mano bajo el alegre sol, y nos encontramos en la
calle a Mario Vargas Llosa, al que nos paramos a saludar muy cordialmente y a
decirle cuánto le admiramos. Después de este agradable encuentro vamos a la
biblioteca pública y leemos la columna de Mario Vargas Llosa y le reconocemos
en ella como a uno de los grandes liberales (y de los pocos auténticos) de
nuestros descerebrados tiempos. Luego me despido hasta otro día de Mario Vargas
Llosa, porque a mediodía he quedado para almorzar en Casa Lhardy con Mario
Vargas Llosa, con el que comento durante una larga sobremesa de cocido el
último premio de Mario Vargas Llosa. De vuelta a casa, ya sin Mario Vargas
Llosa, me pongo a leer una novela de Mario Vargas Llosa, hasta que me quedo dormido
y tengo esos turbulentos sueños que se tienen después de comer, protagonizado,
sorprendentemente, por Mario Vargas Llosa en el papel de mi madre que luego se
convierte en un simpático pato que habla en prosa perfecta, como Mario Vargas
Llosa. Casi me quedo dormido, pero me despierto justo a tiempo para cruzar sin
aliento el centro y llegar al Círculo de Bellas Artes, donde Mario Vargas Llosa
da una conferencia. La conferencia resulta ser maravillosa (o mejor dicho,
mariavargasllosa), pues trata sobre el Boom latinoamericano, en el que se
encuadra la obra de Mario Vargas Llosa, de Cortázar, de Carlos Fuentes, o de
otros autores como el peruano Mario Vargas Llosa, el auténtico liberal de
nuestro tiempo. Luego me voy a la Casa de América, donde el escritor
latinoamericano Mario Vargas Llosa inaugura una exposición sobre un asunto que
no llego a comprender del todo; y luego corro a una librería (mi vida
sociocultural es tan animada como la del premio Nobel Mario Vargas Llosa) que
inaugura el novelista hispanoparlante Mario Vargas Llosa. En el sarao
posterior, mientras me tomo un vinito y degluto una aceituna, me encuentro a
Mario Vargas Llosa, después de tanto tiempo ya tiene el pelo todo canoso, qué
recuerdos de otras juergas, así que hablamos un buen rato de lo que dijo el
columnista Mario Vargas Llosa el otro día sobre la dimisión de Esperanza
Aguirre y sobre el premio que le han dado en la Fundación Faes al juntaletras Mario
Vargas Llosa, porque es un liberal de la vida, uno de los de verdad. Aprovecho para
comprarme las obras periodísticas completas de Mario Vargas Llosa en una bella
y nueva edición, prologada especialmente por el mejor amigo del autor, Mario
Vargas Llosa, nacido en Perú y ganador del Nobel de Literatura 2010. Después,
algo borracho, me voy a casa bamboleándome y al llegar me tiro a ver la tele y
veo lo que dice Mario Vargas Llosa en Informe Semanal sobre el aniversario del
Círculo de Lectores y que me parece maravilloso (o mariovargaslloso). Me pica
un poco la entrepierna, intento consolarme
con un video porno donde sale Mario Vargas Llosa tocándose ahí, pero no logro
concentrarme, así que llamo a mi casa de alterne preferida y pido que me hagan
un servicio discreto a domicilio, que pago el taxi. No tarda en sonar el timbre
y abro la puerta y es Mario Vargas Llosa y le invito a pasar y tomamos una copa
y bajamos la intensidad de la luz y ponemos música muy suave y, por fin, como
en Pretty Woman, Mario Vargas Llosa y yo hacemos el amor.
Le digo, Mario, esto es la Ciudad. Y yo quiero ser tu Perro.
Le digo, Mario, esto es la Ciudad. Y yo quiero ser tu Perro.
4 comentarios:
Qué maravilla. Me he meado viva.
mariovargaslloso, pero puestos a hacer el amor, mejor la Tía Julia, o la niña mala de las travesuras
Ja, ja. Salgo a dar una vuelta en sanfermines y me encuentro a Mario Vargas LLosa, copero mayor del reino. Me lo pido para el hank over. Muy bueno.
Patxi
ok!
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