Qué fácil recordarlo, era un mañana limpia y la vida parecía tener sentido. Un sol soberbio y orgulloso imponía su dominio y yo desayunaba café con leche y pastas. La planta en la ventana era verde como nunca y la palabra miedo carecía de sentido por un día. Decidí leer la prensa y encender un cigarrillo, había guerras en las letras y hambrunas en otros continentes, pero todo parecía muy lejano y no importaba. Leí, en cambio, un artículo sobre casas de montaña y valles verdes en el norte que quería visitar. Elegí, después, mi disco favorito del estante y lo puse en el stereo, la suave melodía invadió toda la casa mientras yo, asomado al balconcillo, observaba a los niños del vecino jugar con una lata. Qué sencillo. Levanté la aguja del vinilo para atender a una llamada telefónica que irrumpió desde la nada. Y entonces una voz siniestra y oxidada, procedente de otro mundo, me dijo que habías muerto.
Qué fácil recordalo. No creas, si me oyes, que no duele.
lunes, enero 15, 2007
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26 comentarios:
¡Dime que no murió de verdad!
¿Quisiste olvidarla? Bueno, no te gusta explicar las cosas.
Pues sí, duele.
Con tu permiso, te agregué a mi blog. ¡Me encanta leerte!
Uf! Con lo idílico que parecía el texto...
Qué facil es que se estropee un día tan maravilloso... qué palo!
no pedire explicaciones,d ejare mi mente volar...
letras sublimes txe!
¿cómo no va a doler?
Abrazo
la mentira de la irrealidad, poco a poco irá subiendo el dolor hasta cubrirte todo
vaya
ánimo
De la placidez a la pesadilla en lo que tarda en sonar un teléfono. De pronto, todo se puede poner del revés.
Saludos
Abrazos desde lejos. Ojalá lleguen.
Comestiste un error, la felicidad huye siempre por los huecos de la realidad, la próxima vez que quieras ser feliz, desconecta el teléfono el internet y la tele ...
¿era un disco de joy division?
es curioso con cuantos detalles recordamos los momentos previos a un golpe tan fuerte como és :(
Como se puede ir al traste en segundos lo que prometía ser un día espléndido.
Lo siento mucho.
Un beso, Txe.
hola, ya habia leido alguno de tus textos y me habian gustado bastante, pero este me parece muy duro :S Como dice Ismael Serrano en una canción: "por favor, no cojas ese teléfono maldito..."
muy bien el contraste y muy buena la frase del final. Suerte en el concurso ya que no puedo hacer otra cosa... te sigo leyendo, un beso
Por cierto, Pelayo Fueyo es asturiano, como tú, no?
(no sé si me equivoco, pero alguna vez te leí que ibas a casa, a Asturias, creo...)
La realidad siempre acaba imponiendo su cara más terrible.
Un saludo!!!
Me has hecho recordar a Silvio Rodríguez:
"La vida que brota de un muerto
la vida que no se murió
la de los desiertos
la de un libro abierto
la vida me ha hecho cual yo".
Excelente el contraste, aunque terrible.
Un besote enorme
yo tuve un despertar similar el día de reyes. Recuerdo que estaba retozando en la cama con una de mis gatas, con la falsa ilusión de que iba a ser una mañana de fiesta tranquila y serena...
Un abrazo para acompañarte, yo también sé que duele
Tienes un blog muy chulo. Por cierto tú diseño minimalista(tenemos la misma plantilla), propio de los nagaos con la informática como yo me encanta.
No cabe duda que lo más importante del texto es la última frase.
Es fácil recordarlo porque duele, si no, de qué te ibas a acordar del café y de la planta, de la casita rural o del disco que escuchabas; mucho menos de los niños del vecino. Te acuerdas porque dolió, y, duele, tal vez?
Parte de la música del disco, aunque en esta ocasión es del cedé donde se graba el concierto de la vida en directo
no te oye, pero doler, duele
Cuando creemos tenerlo todo "atado y bien atado", todo parece ir "como la seda"...la devastadora realidad, esta vez disfrazada de teléfono, se impone tozuda...
Esas terríbles llamadas inesperadas,...te entiendo,...
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