miércoles, diciembre 22, 2010

Musgo




Los libros se van extendiendo como musgo, van conquistando cada vez más espacio del cuarto como un ejército silencioso que toma posiciones, descansa, se rearma, y vuelve al ataque, tomando ahora la enésima balda, la postura más inestable, más tarde la mesilla de noche, formando luego una columna en una esquina olvidada, ganándole la posición a las litronas vacías y a la ropa sucia, columnas, hileras, montones de libros: tratados de ciencia, joven novela española, los ensayos de Montaigne orgullosos y entrados en carnes contrastando con la delgadez de los poetas que escribieron poco y murieron jóvenes pero perduraron mucho, como Jaime Gil de Biedma, como Arthur Rimbaud, que por las noches susurra y revolotea su aliento de absenta por el cuarto. Algunos de estos libros invasores los he leído, otros solo los he hojeado, con otros aún no he tenido la oportunidad; sé que muchos, tal vez la mayoría, jamás los leeré, pero ahí están, los sábados de madrugada observo sus lomos mientras duermen y me hablan de otros tiempos, cuándo llegaron a mis manos y a través de qué persona o qué editorial o qué carambola del destino. Pago cada mes no sé cuantos euros de alquiler por no sé cuántos metros cúbicos de vivienda (seguro que demasiados) rellenos de papel impreso que encierra la voz de gente que está en otro sitio o que ya se está pudriendo bajo tierra. Pienso, mientras asustado observo su proliferación desde debajo de la manta, que algún día tendré que dejar este cuarto y esta casa porque ellos seguirán avanzando despiadados, sin ningún miramiento, hasta echarme fuera con sus letras. Yo, como quien pone un pisito a su amante en la Gran Vía, les seguiré pagando el alquiler desde lejos, tal vez desde debajo de un puente, envuelto en periódicos, leyendo, antes de dormir, la publicidad del Media Markt.

11 comentarios:

. dijo...

Ge-nial.
:)

Meme dijo...

Las letras que han dejado los fantasmas del Corte Inglés. Como tú dices, la Gran Vía está llena de fantasmas y de letras y de mediums como tú. Qué pena que te gusten las "chupaítas"...

Txe Peligro dijo...

jaja, yo soy medium tonto

Caos dijo...

me encanta!

a mí también me comen los libros, cuando vuelva a "mi sur" voy a tener que alquilar una furgoneta sólo para ellos. Y que no falten, nunca, las letras...

saludos

Annalisa Marí dijo...

yo creo que a veces es difícil saber quién posee a quién. yo no lo tengo claro: me miran, me miran, desde el estante me miran... y me reclaman. y yo no sé decirles que no.

bien dichou txe.

vaderetrocordero dijo...

Consuélese, no es usted el único, amigo...
http://elcorderonosecome.blogspot.com/2008/09/tempestad.html

conbotasrosasye_yé dijo...

cada libro es un mundo y a veces tan magico que echas de menos abrirlo! tienes mucha suerte de tener tantos y tantas oportunidades de descubrir, sentir y aprender diferentes sensaciones! :)
Me ha encantado tu forma de terminar!

Una sonrisa lectora

la cónica dijo...

tu casa parece la casa tomada de cortázar. tendrás que ir cerrando estancias, estantes, armarios, tendrás que ir a vivir a la cocina o al baño o escapar por un pequeño ventanuco que dé a un patio interior... porque avanzan, sigilosamente, con peligro. ¿les pondrá el e-book en retirada? ¿seremos fieles al papel, últimos en pasear los tomos con sus lomos por todas las líneas de metro y la red de cercanías?

besos (por imprimir)

ivan dijo...

HOla!

Un blog muy divertido. Espero que te guste el mío:http://blogdelmaestroim.blogspot.com/

Un abrazo

Txe Peligro dijo...

gracias a todos!

Cristina dijo...

Hola

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