Anoche proyectaron Jules et Jim de Truffaut en el Círculo de Bellas Artes y allí nos plantamos. Es la historia de un triángulo amoroso cuyos vértices son Jules y Jim, dos amigos, uno alemán y otro austriaco, y Katherine una auténtica femme fatale en blanco y negro. Admiro la paciencia y la bondad de Jules, un tipo sereno que debido a un sano e intenso sentimiento de amor por Katherine le consiente todo tipo de infidelidades hasta el punto de tolerar su matrimonio con Jim y la convivencia de los tres. En Katherine, bella e increíblemente promiscua y caprichosa he identificado muchas de las actitudes que se encuentran hoy en día en el mundo que yo veo, la cultura del zapping sexual, la búsqueda desesperada y por ello infructuosa del amor definitivo. En otro orden de cosas me han llamado la atención muchas escenas: la de la carrera en el puente, la de los balcones de la casa de campo y sobretodo una en la que Jeanne Moreau (Katherine) explica como antes de conocer a los protagonistas no sonreía y ahora sí. Deben verla, un clásico de la Nouvelle Vague.
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