Aquí estoy, recién salido de un examen revientacerebros. Lo mio es así, fracaso tras fracaso hasta la derrota final. Antes de entrar en ese infierno comentaba con un compañero -veterano como yo- que me hace gracia pensar en aquellos tiempos, antes de entrar en la facultad, cuando cosas como la Relatividad o la Mecánica Cuántica parecían misteriosas y fascinantes. Misteriosas siguen siendo, de tal forma que en los minutos previos los exámenes todos rezamos para que no caiga nada de esto o de otras cosas que hace años prometían ser interesantísimas.
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